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Un violento hecho que habría ocurrido en el parque municipal causó gran preocupación

INSEGURIDAD. Una mujer denunció a través de redes sociales, haber sido atacada con piedras, palos y cadenas, mientras circulaba en su auto, de noche, por el interior del tradicional espacio verde linqueño. Desde el interbloque de concejales de “Juntos” presentaron un pedido de informes sobre la situación.

En las últimas horas tomó estado público una violenta situación sufrida por dos mujeres en el Parque Municipal General San Martín cuando, según se pudo conocer a través de redes sociales, fueron atacadas por una pandilla de personas jóvenes con palos, cadenas y piedras.

Ante esta situación, desde el interbloque “Juntos” presentaron un proyecto de comunicación “solicitando a las autoridades policiales que tengan a bien informar si existió denuncia formal sobre los hechos mencionados; cuáles fueron las acciones llevadas a cabo por la policía para repeler o esclarecer el hecho; y cuál fue, si existió, la intervención de los sistemas municipales de vigilancia en el hecho”.

Además, el pedido alcanza al área municipal de seguridad, a la que se le solicitó que dé conocimiento sobre “cuál es el sistema de vigilancia interna que posee el Parque General San Martín y cómo funciona”.

“Debemos exigir esfuerzos concretos y eficientes para una mayor prevención. No vamos a permitir que ningún espacio público se transforme en ‘tierra de nadie’, y mucho menos poner en riesgo la vida de nuestros vecinos”, añadieron desde el interbloque.

LOS HECHOS. La desagradable situación se dio a conocer a través de la página de Facebook “Alejandra Ramos” bajo el título “Recibimos y publicamos – El relato de la persona que vivió una situación de violencia por parte de jóvenes”. 

El texto lleva como título “Lincoln, tierra de nadie”, y cuenta: “Ya que en este país la palabra ‘justicia’ no entra dentro de nuestro vocabulario, vengo a exponer mi situación con la intención de ser visibilizada y que dejen de ocurrir estas barbaridades”. 

“Durante la noche del sábado, mis amigos y yo nos encontrábamos en un quincho del parque disfrutando de un asado. Todo marchaba bien hasta que, con una amiga, decidimos dirigirnos hacia mi domicilio a buscar algo que nos habíamos olvidado, de manera que tomamos el auto y arrancamos. Para salir teníamos que ir por la calle que costea la antigua canchita del parque. Emprendiendo el viaje, de la nada vimos salir a alrededor de diez chicos de las cunetas, con todo lo que puedan imaginarse, piedras, cadenas, palos. Y en ese momento lo único que atiné a hacer fue acelerar. Tomé una calle paralela, ya que estas personas (si es que así pueden llamarse) estaban todas dispuestas frente a mi auto y ahí empezó la guerra. Ellos al ver que yo no frené, empezaron a tirar todo lo que tenían. Lo único que podía sentir era el estruendo que daban esas cosas sobre el auto y la adrenalina de salir de ahí adentro sin terminar lastimadas”, graficó la víctima. 

En esa línea, agregó: “Cuando logramos salir, inmediatamente vi venir a un móvil y no dudé un segundo en pedir ayuda, como se puede, en un estado total de shock. Nos dijeron que iban a supervisar la zona pero, obviamente, regresaron con una respuesta negativa. Yo en serio agradezco mucho la predisposición y ayuda del personal policial, pero también sé que ellos responden a un superior y es acá cuando viene la cuestión”. 

“Me dijeron que estas personas seguramente estarían escondidas en la parte del golf (cosa que más tarde terminé de confirmar porque mi grupo los vio correr, luego de atacarnos, dirigiéndose hacia el lugar antes mencionado) pero que ellos no podían entrar a ese sector porque era propiedad privada. ¿Propiedad privada? ¿En serio? Primero, ¿desde cuando el golf es propiedad privada?; y segundo, ¿cómo un policía no va a poder entrar a una supuesta propiedad privada?”, relató. 

Además, continuó: “Comentaron también que hace pocos días pasó algo similar por el barrio que está frente al golf y nuevamente salieron impunes. Conozco a gente muy cercana que vive por ese barrio que ha escuchado a estas ‘banditas’. ‘Hoy vamos a romper el primer auto que se nos cruce’, ‘Hoy vamos a romper todo’. ¿Con qué derecho?, me pregunto yo”. 

“Para los que me conocen, saben todo el esfuerzo que requirió poder comprarme mi propio auto. Junté peso por peso, trabajando doble turno, para que unos hijos de p*** hoy vengan y destruyan el pequeño sueño de una piba de 24 años. ¿Y si esas piedras, palos, y cadenas que tiraban, nos daban en la cabeza? ¿Qué pasaría ahí? Una de las piedras no golpeó a mi amiga porque ella se agachó, pero entró por la ventanilla del lado del acompañante y llegó hasta el lado trasero del lado del conductor, raspándome todo el tapizado de cuero”, detalló la mujer. 

En el final señaló: “Más allá de lo material, ¿qué hubiera pasado si en la adrenalina de salir, nos chocábamos contra una planta? Esto pasó a unos pocos metros de las garitas de seguridad. ¿Y la seguridad? No entiendo qué está pasando en Lincoln. ¿De verdad una persona tiene que tener miedo a salir a la calle?” 

“Hoy, me tocó vivirla a mí, pero escribo esto, para que realmente, no le pase a nadie más”, finalizó.

El texto lleva la firma de “MC”.