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Las mujeres, un sector de gran valor para el cooperativismo

“A nadie se le ocurriría que la mejor forma para resolver el tema es competir con el vecino. Hasta los nacionalismos más extremos han comprendido que de nada sirve la competencia. La solución solo puede ser cooperativa”. 

En el marco de esta situación que nos atraviesa, económica, muchos y muchas hemos comprendido que la única manera de paliar este momento es a través de la cooperación entre los pares. De nada sirve el individualismo que muchas veces nos ha llevado a la concentración, la desigualdad y la inequidad. Las cooperativas debemos ser consideradas una alternativa viable para superar la crisis socioeconómica a la que deberá enfrentarse nuestra nación. Los valores y principios cooperativos deben transmitirse mediante esquemas creativos, flexibles y que se adapten al escenario y realidades de las mujeres cooperativistas, tomando en consideración su visión del mundo, ideas, formas de comunicarse (lenguaje  y expectativas), de tal forma que este modelo sea visto desde una óptica más cercana y cotidiana y que responde a sus necesidades prácticas y estratégicas. 

Las mujeres son un sector de la población que tiene un gran valor para el movimiento cooperativo, visto desde varios escenarios: el socio productivo, la empleabilidad. Los nuevos liderazgos, participación política y técnica, entre otros. Impulsar el modelo cooperativo podría permitir y/o fortalecer el aprendizaje de las mujeres a trabajar desde una visión de equidad de género y a compartir experiencias entre sus iguales y con los hombres. También a construir y fortalecer sus capacidades y mejorar sus habilidades bajo un enfoque solidario y en esquemas que involucren la cooperación entre individuos como una posibilidad para establecer mejorías en su desarrollo personal, familiar y local. 

Las mujeres necesitamos programas que no solo  nos enseñen qué es el cooperativismo y la equidad de género si no que nos den las herramientas necesarias para sentirnos parte de las organizaciones cooperativas y de su quehacer, además convencerse en la práctica que combinar cooperativismo y equidad de género es posible y efectivo.

Las cooperativas siguen siendo el mejor ejemplo de empoderamiento y trato igualitario para cada uno de sus colaboradores. Las mujeres del cooperativismo pueden estar seguras de que la brecha salarial está sellada. Este es el sistema que nos da herramientas para nuestro desarrollo económico y social. En él podemos ser dueñas de nuestras propias decisiones y elegir nuestros destinos.

Consejo de Administración.

Cooperativa de Trabajo La Posta del Noroeste Limitada.