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¿Qué es la Bioética?

Si tuviésemos que dar una definición exacta y estricta de la bioética, nos encontraríamos con el problema de que, en realidad, no existe una universalmente aceptada. Por lo tanto, en este primer encuentro trataremos de acercarnos, lo máximo posible, a la idea que la misma representa para nuestro tiempo y lugar de aplicación.

En primer lugar, podemos afirmar que la bioética parte del tronco de la filosofía y se une al mismo mediante la rama de la ética. Por lo tanto, es una ciencia o, como alguna vez se ha dicho, “la ciencia más humana y la más humana de las ciencias”.

Entonces, para comenzar, lo mejor es hacerlo desde el principio. Podemos afirmar que la ética es el análisis de los actos del hombre iluminados por la luz de la moral. “Pero, ¿entonces qué es la moral?”, nos preguntamos en este diálogo virtual. Y una de sus respuestas podría ser: son los usos, costumbres, tradiciones y valores que, en determinado tiempo y lugar, establecen, en una sociedad, el bien y el mal. Pero, por supuesto que para quien profundiza en este tema, como dirían las abuelas, hay mucha tela para cortar.

Ahora sí, recomponiendo el camino, podemos ver cómo se llegó a uno de sus primeros intentos de definirla. En 1971 se postuló como: “Es el estudio sistemático de la conducta humana en el área de las ciencias de la vida y de la salud, examinados a la luz de los valores morales”.

Habiendo entrado en el tema, ya podemos establecer que, como ciencia, tenemos que definir puntos de partida, a los que en este caso definimos como principios, y, pese a que hoy no podemos desarrollarlos puntualmente, sí lo haremos en futuros artículos. Estos principios son: autonomía, beneficencia, no maleficencia y justicia.

¿Y… cómo surgió la necesidad de establecer la bioética? Bueno, ya nos queda poco espacio en este rincón del diario, pero, siendo muy sintéticos, surge de cuestiones nunca antes planteadas como resultado de los juicios posteriores a la Segunda Guerra Mundial. Y, dentro de los cambios que generaron la aparición de los derechos humanos, una de sus consecuencias fue la de establecer cómo estudiar y establecer límites a accionares atroces.

Esto fue en el pasado, pero en el presente se transformó en una herramienta fundamental para poder tratar temas tan complejos como el aborto, la eutanasia, el congelamiento de embriones y muchísimos temas que hoy no tienen respuestas certeras.

Pero, si creemos que la mirada de la bioética termina en el presente, no estaríamos pensando en un futuro, que parece acercarse cada vez a mayor velocidad, en el que la influencia de la Inteligencia Artificial o “el mejoramiento del cuerpo”, tanto con ingeniería genética como con partes biomecánicas, está a la vuelta de la esquina, y por lo tanto nos estaríamos equivocando.

En conclusión, cuando hablamos de bioética, no es para tratar de hacer entrar a la realidad dentro de un marco de pensamiento, sino todo lo contrario; es encontrar, mediante el pensamiento, una realidad mejor para todos, y así establecer un puente entre las ciencias médicas y el humanismo.

Por Comité de Bioética del hospital municipal de Lincoln.