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Lluvias en el interior de la provincia: cómo impactan en la cosecha

ALIVIO. Durante el día y la noche del último viernes hubo precipitaciones esperadas en todo el territorio bonaerense.

El viernes por la noche, y durante algunos días de la semana, llegó la lluvia que tanto se esperaba a la provincia de Buenos Aires.

El agua sirvió para bajar las altas temperaturas en muchas zonas y también para regar los cultivos de soja en el campo, los cuales atravesaban una situación de sequía, con posibilidades de perder la cosecha.

La lluvia estuvo presente en ciudades del norte de la provincia como Chacabuco, en la que se esperaba desde hacía tres semanas. Las primeras gotas comenzaron por la mañana y el fenómeno se extendió a lo largo del día, de forma pausada, habiendo totalizado 29 milímetros.

En Suipacha cayeron 36 y en Carmen de Areco se registraron 23.

En Junín y el noroeste bonaerense, que habían estado sofocados por una ola de calor durante toda la semana, durante la cual se había llegado hasta los 38°, cayeron 30 milímetros, lo que también ayudó a la siembra gracias a una llovizna lenta y pausada.

En el recorrido zonal, en Lincoln cayeron 25 milímetros; en General Villegas, 70; en Rojas, 35; en Rafael Obligado, 36; y en Florentino Ameghino, 120.

En Nueve de Julio, la lluvia había llegado el martes, el miércoles y el jueves, y podría seguir este lunes. Sobre esto, el presidente de la Sociedad Rural local, Fernando Mato, dialogó con el diario “El Tiempo”. “Tras la etapa de seca tan grande del año pasado, se registró una etapa de lluvias, pero las mismas fueron un tanto escasas, prácticamente como un simple riego, ya que no se habían recuperado los valores necesarios. Si bien los riesgos no serán tan magros como los del año pasado, la cosecha récord que en algún momento se esperaba ha quedado lejos de poder registrarse”, expresó.

Según la Bolsa de Comercio de Rosario, que había planteado un panorama complejo, habiendo alertado que el 10% del área sembrada con soja de segunda podía perderse, se necesita más cantidad de agua en esas zonas. Sería clave, entonces, que durante la segunda quincena de febrero se mantengan las lloviznas.

La soja de segunda ha sido la que más ha sufrido, ya que, al haber sido sembrada después de un cultivo de invierno como el trigo, tiene menores reservas de agua en el suelo, y es más vulnerable al estrés hídrico y térmico.

La Plata, la capital provincial, fue una de las ciudades más perjudicadas, ya que allí llovió por la noche intensamente, habiendo superado los 100 milímetros caídos, lo que provocó daños en varios barrios de la ciudad, inundaciones y cortes de luz.

En la costa bonaerense se espera un clima inestable para los próximos días, con algunas tormentas aisladas en Necochea, Miramar y Mar del Plata.