La Defensoría del Pueblo de la provincia le sumó a su logo los colores de la diversidad
CONMEMORACIÓN. Fue por los once años de la aprobación de la Ley de Matrimonio Igualitario. La nueva imagen fue presentada en un encuentro virtual llamado “Lo que antes fue vergüenza hoy es orgullo”. En la mesa central participó el activista linqueño Manuel Cabrera.
Al haberse cumplido once años de la sanción de la Ley de Matrimonio Igualitario en Argentina, la Defensoría del Pueblo bonaerense cambió su logotipo para incorporar los colores de la bandera LGBTIQ+, como muestra del acompañamiento a este colectivo en la lucha por sus derechos.
“Se trata de una decisión que muestra el compromiso del organismo en la lucha por los derechos de estas personas, al realizar proyectos y promover espacios de capacitación, talleres, debates y acciones para erradicar todo tipo de violencias hacia las mujeres y otros grupos en razón de su identidad de género y su orientación sexual”, sostuvo el defensor del Pueblo, Guido Lorenzino.
En el marco de esta fecha, la Defensoría presentó su nuevo logo en un encuentro virtual llamado “Lo que antes fue vergüenza hoy es orgullo”, que reunió a personalidades que habían participado en el proceso de creación y de sanción de esta ley, además de protagonistas en la lucha por los derechos humanos y de la población LGBTIQ+ en Argentina.
Entre otras, intervinieron la titular del Instituto contra la Discriminación de la Defensoría del Pueblo porteña, María Rachid; Norma Castillo, del primer matrimonio igualitario por ley; la directora del Banco Provincia, Juliana Di Tullio; la diputada provincial Débora Galán; y el activista linqueño Manuel Cabrera, quien es trabajador del organismo.
“Hay que resaltar la importancia de lo simbólico a la hora de cambiar el logo. Es una forma más directa de comunicar el mensaje. Es necesario generar empatía con la comunidad LGBTIQ+ e invitar a las personas de la comunidad a acercarse”, aseguró Lorenzino durante la presentación del evento.
En tanto, Rachid dijo: “Para la diversidad sexual, después de la ley fue otra historia, porque había una fuerte discriminación y violencia”. “Antes había personas a las que no se nos ocurría poder contar de quién nos enamoramos o a quién amamos. La ley representa un mensaje de igualdad del Estado para los que queremos conseguir una igualdad real”, remarcó.
Por su parte, Castillo indicó: “Gracias a la ley, me pude casar después de treinta años. Hoy sigo luchando para celebrar el amor, para dejar un país con más amor para mi bisnieta”.
Por su parte, Di Tullio recordó “la gran lucha” en las comisiones de las Cámaras de Diputados y Senadores. Y Galán analizó los proyectos de ley antidiscriminatoria en la Legislatura para erradicar todo tipo de discriminación.
COLORES. “Sumar los colores de la bandera LGBTIQ+ a nuestro logo es parte de una reivindicación histórica para que las personas que pertenecen a este colectivo sepan que cuentan con la Defensoría para encontrar apoyo en esta lucha para ganar y respetar sus derechos”, sostuvo Lorenzino.
La bandera, creada por el activista Gilbert Baker, había sido usada por primera vez en el Festival del Orgullo Gay de San Francisco (Estados Unidos), en 1978, por un encargo especial del primer político abiertamente homosexual de ese país, Harvey Milk. Ya convertida en una de las principales insignias del colectivo, la bandera tiene seis colores, cada uno de los cuales cuenta con una simbología particular: el rosa representa la sexualidad; el rojo, la vida; el naranja, la salud; el amarillo, el sol; el verde, la naturaleza; el turquesa, la magia y el arte; el azul, la armonía y la serenidad; y el violeta, el espíritu.