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Gustavo Llorente alertó sobre los peligros del almacenamiento de gas amoníaco

FUGA. El jefe de Bomberos Voluntarios analizó lo ocurrido el jueves por la noche en la planta abandonada del ex “Frigo Tres”. Aseguró que “la explosión nunca se descarta en este tipo de almacenamiento”, y que, “si no es detectado a tiempo, puede ocasionar complicaciones y puede llegar hasta la muerte”.

El jueves por la noche ocurrió un escape de amoníaco en la planta abandonada del ex “Frigo Tres” (ubicado en la avenida Chacabuco al 500 de Lincoln, con fondo sobre la calle Villegas), lo que requirió el trabajo de los Bomberos Voluntarios de Lincoln. El lamentable episodio implicó que veinte personas fueran atendidas en el Hospital Municipal “Doctor Rubén Omar Miravalle” a causa de los efectos del gas.

El jefe del cuartel local, Gustavo Llorente, contó la situación, paso a paso, y analizó los peligros que existen en el lugar, vinculados a este tema.

En diálogo con La Posta Radio (FM 88.5) informó: “Al primer llamado lo recibimos a las 23:05 horas del jueves, de parte de personal policial, que nos avisó que estaba con dos móviles en el lugar, debido a que vecinos habían llamado porque habían sentido una explosión, en primera instancia, y, luego, un olor nauseabundo”.

“De inmediato se convocó al grupo especial de materiales peligrosos con el que cuenta nuestro cuartel y éste acudió al sitio. Al haber llegado, vimos que, tal como nos había indicado la policía, había un perímetro fijado. Nos acercamos al predio del frigorífico, en su parte exterior, y se pudo percibir una especie de silbido, lo que significaba que se trataba de una fuga de algún tipo de material gaseoso”, prosiguió.

En la continuidad de su descripción sobre la cronología de los hechos, Llorente informó: “Se procedió a equipar al personal con los elementos de protección para esta situación y a ingresar, previa autorización policial, al predio para tratar de ubicar y neutralizar la fuga de este producto. La tarea se pudo realizar, dando aviso a la central, y a las 12:05 horas se logró controlar la fuga”.

POSIBLES CAUSAS. Las razones por las cuales había sucedido la fuga todavía no se han determinado, aunque hay algunos indicios, en los que Llorente profundizó.

“Cuando nuestro personal ingresó, encontró un manómetro caído en el piso, en el sector donde estaba la fuga, por lo que presumimos que se presentaba en el lugar donde se presentó la fuga. Desconocemos si alguna intención hizo que eso cayera o si el propio estado, debido al paso del tiempo, ha hecho que se rompiera. Pero, a simple vista, se pudo ver que la fuga se había dado en una zona de medición de presión, en la unión de un caño conector con un manómetro, ya que ese manómetro se encontraba tirado en el suelo”, explicó.

Después consideró: “Si hubo una intención de robo, la desconocemos. Los vecinos siempre manifiestan que a ese lugar ingresa mucha gente. Pero, en este caso, lo desconocemos”.

DAMNIFICADOS. Por la fuga, al menos veinte personas habían tenido que recibir asistencia en el hospital comunal, aunque ninguna ha debido permanecer internada.

“Por suerte, ninguna persona debió ser hospitalizada por este hecho puntual. Sí, posteriormente a nuestra llegada, hubo que trasladar a varios vecinos. Fueron trece, quienes fueron llevados al hospital porque presentaban irritación en sus ojos o descompostura, que son síntomas típicos de este tipo de intoxicación”, puntualizó Llorente. Y agregó: “Además, los policías, que fueron quienes trabajaron en primera instancia y detectaron el momento de la fuga, debieron ser atendidos y presentaban los mismos síntomas. No obstante, todos estaban bien en su estado general. Tengo entendido que eran seis”, relató.

PELIGROS. Así como ha ocurrido en esta oportunidad, ese lugar podría ser una bomba de tiempo, tanto por la falta de mantenimiento como por el vandalismo que sufre.

En este sentido, el jefe del cuerpo activo de los Bomberos Voluntarios señaló: “Desconozco las normativas vigentes del almacenamiento y el uso de este producto. Pero sí, como todo elemento sometido a presión, debe tener su regulación. El lugar no cuenta con mantenimiento, dado que está en desuso desde hace un tiempo prolongado, y puede ser que ése haya sido el factor que generó este escape”.

“No pudimos corroborar la cantidad almacenada. Lo que sí se pudo ver fue que los cilindros son de un volumen importante. No conseguimos acceder a personal que haya trabajado o conozca el funcionamiento que tenía el frigorífico en el momento en el que estaba operativo para que nos pueda decir un estimado del producto que se puede estar almacenando”, agregó.

También resaltó: “La explosión nunca se descarta en este tipo de almacenamiento. El gas, al producir un escape, no es de una inflamabilidad muy volátil. Le cuesta encender, pero se puede llegar a dar en algún caso el encendido”. “La particularidad que tiene este gas es que ocupa muy rápido el volumen del oxígeno y, si no es detectado, puede ocasionar complicaciones. En este caso, fueron leves, pero puede llegar hasta la muerte”, finalizó.