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Banda de estafadores de adultos mayores: cayeron otros dos integrantes

ADENTRO. Ya son nueve los detenidos en la causa que se investiga en el Departamento Judicial de Junín.

En las últimas horas se concretaron dos nuevas detenciones en el marco de la investigación de la causa de la banda con cabecera en Junín, que había tenido a varios adultos mayores de la zona como víctimas de “cuentos del tío”.

La Dirección Departamental de Investigaciones (DDI) de Junín detuvo a dos hombres en el marco de la investigación caratulada “Asociación ilícita y estafas reiteradas”, con la intervención del fiscal Martín Laius. Además, se tuvo acceso a audios que dejan evidencias de cómo operaba y manipulaba a sus víctimas la banda.

La misma había sido desbaratada la semana pasada, en el contexto de una investigación desplegada en Junín por personal de la Sddi del Distrito de Leandro N. Alem, con asiento en Vedia, y por la DDI de Junín, coordinadas por el fiscal Laius, junto con las fiscalías número 1, 4 y 6, tras dieciséis allanamientos que habían dejado el saldo de siete detenidos.

La causa se había originado a raíz de numerosos ilícitos que habían ocurrido durante los últimos meses en siete localidades de la zona. Con el aporte del Gabinete Tecnológico de la DDI de Junín, se había logrado detectar el accionar de una organización ilícita en Junín, la cual cometía diversos hechos bajo la modalidad de estafas telefónicas, engañando y despojando de sus bienes a personas de la tercera edad, quienes eran llamadas y engañadas por algún integrante que se hacía pasar por un familiar (nieto, hijo, sobrino, etcétera), argumentando que estaban en el interior de una entidad bancaria, cambiando sus ahorros, ya que, debido a la inestabilidad económica del país, en especial aquellos billetes o moneda norteamericanos (dólares) perderían un valor del 70%. Lo mismo sostenían respecto de aquellos billetes de moneda nacional que deberían ser reemplazados por otros nuevos en la entidad.

Una vez convencidas, las víctimas accedían a hacer entrega de sus ahorros. Los estafadores les enviaban un supuesto contador o empleado del banco para que trasladara el dinero hacia la entidad en la que se hallaba el falso familiar.

Las comunicaciones de origen eran realizadas, en la totalidad de los hechos, desde Junín, cuyo patrón de impactos en las antenas era coincidente en cuanto a la geolocalización y las celdas, lo cual había permitido, mediante el uso de nuevas tecnologías aplicadas a la investigación, circunscribir un rango de búsqueda determinado. Por esto, en los avances desplegados en las tareas de campo, análisis de las comunicaciones e intervenciones telefónicas, se había determinado con precisión un inmueble desde el cual operaba el “call center”.

La organización contaba con un líder conocido por sus antecedentes, ya que anteriormente había sido investigado y detenido por la DDI de Junín por otros hechos similares. En tanto, su esposa, de profesión psicóloga, junto con dos operadores más, realizaba las comunicaciones maliciosas desde una sala montada en la vivienda, equipada con dispositivos electrónicos como notebooks y PC, además de numerosos celulares, con los que se comunicaban con las víctimas y otros, para conectarse de forma paralela con las células operativas, cuya función consistía en permanecer en cercanía del domicilio de los ancianos engañados para concretar entonces el retiro del dinero objeto del delito en cuestión.

Los hechos comprobados habían ocurrido en diferentes ciudades de la región, como Vedia, Alberdi, Rawson, Chacabuco, General Pinto, Lincoln y Ascensión, habiendo utilizado diferentes medios para movilizarse, como automóviles y -en ocasiones- motocicletas, que habían sido identificados tras el meticuloso análisis de imágenes de cámaras de domicilios particulares y de los correspondientes centros de monitoreo de cada ciudad.