Economía

Volvieron a aumentar los combustibles y, en Lincoln, el litro de nafta súper trepó a $475

ECONOMÍA. Las petroleras implementaron otra suba en las últimas horas, que va del 15% en promedio de “Shell” al 25% de YPF. Se anticipan a una eventual devaluación en el inicio del nuevo Gobierno.

Ante la expectativa de una mayor devaluación del tipo de cambio oficial, YPF aplicó un fuerte aumento en los precios de la nafta y el gasoil, del 25%, en promedio, pero con alzas de hasta el 30% en algunas zonas del país.

Otras estaciones de servicios, como “Shell” y “Puma Energy”, subieron el 15%, en promedio, aunque habían aplicado incrementos mayores con anterioridad.

Con estas subas, los precios de los combustibles han escalado el 145% en promedio en lo que va del año, similarmente a la inflación estimada en el mismo período. Sin embargo, las mayores alzas se habían dado luego del balotaje y ya sin el control sobre los precios del ministerio de Economía. Con una diferencia de apenas dos semanas, las empresas habían incrementado dos veces sus valores por un total del 44%.

Los valores actuales de YPF en Lincoln (en el Automóvil Club Argentino) son: nafta súper, $475; nafta premium, $567; gasoil súper, $490; y gasoil premium, $603.

“Las empresas se anticiparon a la devaluación de los próximos días. Cuando ocurra, ajustarán de nuevo. Es lo mismo que hicieron los productores de la carne, los fabricantes de cerveza y los dueños de supermercados”, comentaron en el sector.

Eduardo Rodríguez Chirillo, futuro secretario de Energía del presidente electo, Javier Milei, dijo: “Se debe apuntar a una fluctuación libre, sin el control indirecto que hoy ejerce el Gobierno en el mercado a través de YPF”.

“Una vez logrado el equilibrio de precios con la paridad de exportación, se instrumentará un fondo compensador para morigerar los aumentos y reducciones de precio internacional, que impactaría en el precio doméstico, del tipo que existe en Perú. Mientras tanto, evaluaremos la conveniencia y la posibilidad normativa de regular con la carga impositiva”, agregó.

El Gobierno saliente había postergado durante más de dos años las subas del Impuesto sobre los Combustibles Líquidos (ICL) y al dióxido de carbono (IDC) para evitar aplicarles más presión a los precios. Los dirigentes de YPF habían propuesto cambiar la manera de actualizar el impuesto, pero el oficialismo nunca había impulsado el proyecto en el Congreso.

Actualmente, deberían actualizarse de manera trimestral, según la inflación pasada. Estos impuestos representaban, en noviembre del 2020, el 17% del precio del gasoil y el 23% del de la nafta. Después del congelamiento, hoy explican el 5% del gasoil y el 8% de la nafta. Si se actualizara, sólo por los impuestos, el litro de combustible debería subir alrededor de $80.

Además de Rodríguez Chirillo, en los próximos días habrá otro cambio de liderazgo en YPF, con la llegada de Horacio Marín como presidente y CEO, en reemplazo de Pablo González y Pablo Iuliano, actuales ejecutivos, respectivamente (se unificarán los cargos en uno solo).

El principal desafío de Marín, un técnico que ha hecho su carrera en el sector upstream (producción de petróleo y gas) en “Tecpetrol” (del grupo “Techint”), será establecer un sendero de valores que le permita a la empresa recuperar la rentabilidad que ha perdido en el último trimestre.

La situación se podría complicar si el futuro Gobierno aplica una brusca devaluación del tipo de cambio oficial (actualmente, en $385, luego de la suba de hoy) para acumular reservas, como proyectan los mercados financieros.

El economista Nicolás Arceo, fundador de “Economía y Energía”, publicó un gráfico que muestra el atraso que tiene el sector, al proyectar cuánto debería valer en promedio un litro de combustible, según distintos escenarios de suba del tipo de cambio oficial y de precios del barril de combustible. Por ejemplo, si el dólar oficial se devalúa a $500 y si el barril criollo pasa de costar U$S 56 a U$S 65, el litro de combustible debería subir el 74%.

El atraso de los precios de los combustibles, que incentiva que los ciudadanos de países vecinos crucen la frontera para cargar sus tanques en Argentina, genera una gran paradoja nacional: en el sector calculan que, por año, se venden alrededor de 80 millones de litros de nafta y gasoil a patentes extranjeras. Esto equivale a dos barcos de importación de combustibles, que se pagan con dólares, que al Banco Central le escasean.