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“Si el Estado se corre, entra el narcotráfico”

La Iglesia Católica advirtió sobre el avance del narcotráfico en los barrios más vulnerados, ante el retiro del Estado, y llamó a los distintos Gobiernos a generar políticas de acompañamiento a las organizaciones que trabajan en la contención de aquellos.

“No se puede seguir esperando que quienes acompañan a los jóvenes más rotos lo hagan sin recursos”, señaló en un comunicado la CEA (Conferencia Episcopal Argentina).

Este comunicado destaca el trabajo que vienen realizando distintas comunidades eclesiales de todo el país, que acompañan “a quienes han caído en la adicción”. Cabe destacar que los equipos de profesionales que atienden esta problemática también sufren el desfinanciamiento por parte del Estado.

La ausencia del Estado permitió que mucha gente accediera al mundo de las drogas, porque ha sido la forma de ascenso social y eso conlleva la pérdida de muchas vidas jóvenes.

El comunicado de la CEA se publicó el lunes pasado, en el marco del Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, que se conmemorará este 26 de junio.

El flagelo del narcotráfico y el consumo de drogas afectan a jóvenes de todo el país, y generan mayor impacto en aquellos que se encuentran en una situación de extrema pobreza.

El documento reclama que las autoridades nacionales, provinciales y municipales de todo el país ayuden a sostener el trabajo que se realiza en los territorios con recursos que permitan abordar la problemática de manera satisfactoria. Desfinanciar estas obras, demorar la ayuda o relegarlas a la buena voluntad de profesionales y voluntarios agotados es una forma indirecta de condenar a muchos a la muerte.

Sin el compromiso económico del Estado, esta ardua tarea no se sostiene. Y, si esta tarea cae, no habrá quién reciba a los que tocan fondo buscando una segunda oportunidad.

La circulación de drogas es algo que está presente en los distintos estratos sociales. La diferencia es que, en los niveles socioeconómicos más altos, no hay una necesidad de conseguir dinero para adquirir la droga. Eso, en los barrios más postergados de las ciudades, lleva a situaciones de tensión, conflicto y violencia. En los barrios, muchas veces se ve a los chicos robarles a las propias familias o a sus vecinos para acceder a una droga de muy mala calidad.

La declaración de la CEA concluye con un pedido claro: “A quienes tienen responsabilidades de gobierno les pedimos que escuchen el clamor de los que luchan por salir del consumo, vean el dolor de familias y comunidades que están destrozadas por este flagelo”.

Por “Linqueños por los Derechos Humanos”.