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Pedido de ayuda en San Pedro por una nueva estafa piramidal

TENDAL. Bajo la promesa de duplicar ahorros en dólares, unos 20.000 vecinos de San Pedro fueron engañados en octubre. Ahora, parece que tropezaron con la misma piedra.

Luego del suceso ocurrido en octubre con la defraudación multitudinaria en la localidad bonaerense de San Pedro en la que unos 20.000 de los 70.000 habitantes habrían sido afectados por una estafa piramidal, y siguiente estafa en la que cayeron esos mismos afectados con la excusa de tener que poner más dinero para sacar lo invertido, en las últimas horas comenzó a circular un mensaje que alerta sobre un nuevo hecho en el que habrían caído los habitantes de la localidad bonaerense: “Estamos viviendo otra estafa virtual de una plataforma llamada CM Cripto Master. Mucha gente invitió y hoy nadie puede retirar nada. Nos podrías guiar y decir que hacer”, dice parte del mensaje en el que uno de los damnificados pide asesoramiento legal.

Vale recordar que entre 12 y 20 mil personas de la ciudad bonaerense en la que el último censo contó casi 70 mil habitantes se metieron en RainbowEx, una supuesta plataforma de trading cripto que prometía una ganancia en dólares extraordinaria, inexistente en el mercado, de entre 1 y 2 por ciento diarios. Por año, significaría una tasa de interés del 3.490%. Administrada por una fundación llamada Knight Consortium, la empresa enviaba en las noches una “señal” por el servicio de mensajería Telegram indicando qué criptomoneda convenía comprar y qué rendimiento daría. La emisaria, Ali, usaba el avatar de una mujer asiática. Los sampedrinos la llamaron “La China”.

El 7 de octubre, después de un revuelo mediático que puso al país entero a hablar de San Pedro, todo (lo que tenían o lo que creían que tenían) se desvaneció en el aire. Los periodistas habían afirmado que la plataforma era una estafa piramidal y quienes allí operaban se encontraron con un mensaje: por 14 días no podrían retirar su dinero. Fuentes del sector cripto aseguraron que la noticia generó un pequeño pánico a nivel nacional y que, mientras fue agenda en los medios de comunicación, se produjeron retiros considerables de dinero de las wallets de criptomonedas más establecidas.

RainbowEx dejó un tendal de estafados, pero también causó un boom del consumo, una desordenada y súbita redistribución de la riqueza. Decenas de personas cambiaron la moto, compraron un auto, arreglaron la casa. El fenómeno tuvo, además, otra particularidad: la gran proporción de inversores que pusieron plata sabiendo que era una estafa o que “algo raro había”, pero intentaron ganar lo máximo posible hasta que inevitablemente cayera. Una apuesta de altísimo riesgo hecha con dinero propio, pero, sobre todo, con el de sus vecinos.

Fuente: Infocielo.