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“Música Del Interior” (MDI): Jesús Alessio

Jesús Salvador Alessio nació en Rosario, provincia de Santa Fe. Hasta los 9 años, vivió en el pueblo de Alvear con sus padres y cinco hermanos. Luego se trasladaron a San Gregorio, donde considera que fue la parte más dura de su historia.

Creció rodeado de buenas amistades. “Conozco a mis otros cuatro hermanos (por parte de mi mamá) y viví las mejores Navidades compartidas en familia. Esas mesas largas, interminables, llenas de risas y cariño”, recuerda Jesús.

A los 11 años, la vida lo golpeó con la pérdida de su padre. “El reflejo del dolor de mamá por su pérdida nos inundó a todos, sin saber que el momento más duro de mi vida llegaría un año después con la pérdida de ella”, dice.

“El dolor, la tristeza y la angustia se apoderaron de mí. Ella era mi sostén, adonde corría a refugiarme después de haber sufrido bullying en la escuela. Ella era cómplice de mis travesuras y, sobre todo, donde recibía el amor más tierno y puro que alguien puede recibir”.

“Ella fue para mí un ejemplo de lucha. Me dejó el mejor regalo, los valores que hasta el día de hoy me acompañan y me hacen ser quien soy, por lo cual estoy muy agradecido. Te amo, mamá, y lo haré toda mi vida. Simplemente, gracias por todo”, manifiesta Jesús.

“Después de su pérdida, comenzó una vida triste para mí: dormir en la calle en pleno invierno, la soledad que me perseguía y se convirtió en mi amiga, siendo tan solo un niño de 12 años”, repasa.

A partir de ese momento, Jesús reconoce haberse enojado con Dios. “No entendía por qué se había llevado a mi mamá. Por este enojo fui rebelde en la escuela, bajaron mis notas, pero, a la vez, descubrí que era el lugar donde recibía mucho afecto. Me ayudaron muchísimo. Festejaban mis cumpleaños y me sacaban sonrisas en tantos duros momentos”, repasa.

“Al pasar los años, me di cuenta de que estar enojado con Dios no era el camino. Entendí que Él tenía un plan para mí, me aferré a su compañía y junto con Él transité una nueva etapa en mi vida”, recuerda.

A los 17 años conoció su pasión por la música. Fue corista de la banda de un familiar y también locutor. Además, tocó timbales y güiro.

Su primera banda se llamó La Nueva Cumbia. Después pasó por Destapa2, en la que estuvo bastante tiempo. También formó parte de Banda Sol y de la reconocida banda Germán y Los Bárbaros.

A los 22 años se mudó a Venado Tuerto, ciudad donde, por cuestiones laborales y personales, se alejó de la música. Se reencontró con su pasión en 2018 gracias a un gran amigo que ya no está. “Le debo mucho. El ‘Dany’ y la Banda Zumbale me integraron en sus timbales”, dice.

La vida lo golpeó nuevamente, ya que fue diagnosticado con diabetes. “A causa de esto, me hundí en una terrible depresión. No sabía cómo salir de mi malestar; no podía entender lo que era estar medicado de por vida. Pero Dios hizo lo suyo una vez más”.

Cuenta Jesús que se cruzaron en su camino un parlante y un micrófono, y lo llevaron definitivamente a lo que tanto ama hoy: cantar.

Así comenzó la historia de El Elegido, una historia llena de sueños por cumplir, atravesada por la lucha de un pasado cruel en el que Dios fue su pilar fundamental, su compañero, su amigo, su todo.

“Creo fervientemente que, gracias a Él, me mantengo de pie y peleo por mis sueños, a pesar de todo lo vivido”.

“El mensaje que quiero dejarles con esta breve reseña es que la vida puede ser muy dura, pero nunca hay que bajar los brazos. La fe nos ayuda a ser mejores personas día a día y a creer que todo se puede”.

En febrero de este año, unas grabaciones realizadas por Jesús fueron entregadas a un integrante del sello MDI Música Del Interior, y está programado el lanzamiento para los próximos días.

“Les agradezco a las personas que me siguen, a mi familia, a los amigos que me apoyan, quienes nunca me soltaron la mano y hoy son parte fundamental de mi vida.

Los abrazo con el corazón. El Elegido”.

Por Germán Gastón Álvarez.