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Los espacios de comunicación cooperativos y alternativos atraviesan un presente complejo, como vastos sectores de la economía social

En la Argentina, los medios cooperativos cumplen un rol fundamental en la comunicación, promoviendo la pluralidad de voces y la cercanía con las comunidades. A lo largo de los años, el sector se ha ido organizando en diversos espacios, como el Foro Argentino de Radios Comunitarias, la Federación de Medios Digitales, la Federación Asociativa de Diarios y Comunicadores Cooperativos de la República Argentina y la Red Nacional de Medios Alternativos (Rnma), entre muchas otras.

En 2023 se dio otro paso importante: el INAES (Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social) creó la Unidad de Vinculación con Medios Cooperativos y Mutuales, para apoyar su crecimiento y desarrollo. Sin embargo, desde diciembre de ese año, con la asunción de Javier Milei, el sector se encuentra (una vez más) frente al desafío más difícil: reinventarse para no cerrar.

Según la última encuesta publicada por el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SIPREBA), uno de los más numerosos, el 76% de quienes trabajan en prensa en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y alrededores cobra por debajo de la línea de pobreza; más de la mitad tiene más de un empleo para sobrevivir; y la modalidad freelance, en un 78%, factura por debajo de la canasta básica.

Además de los despidos masivos, el cierre de medios públicos, la censura y el incentivo a los grandes grupos monopólicos o a los periodistas de empresas privadas, el apoyo estatal para los medios independientes es casi nulo. El 50% de los que hacen periodismo en medios autogestivos subsisten con otros empleos que no son de prensa. El 51% de las mujeres, además de hacer periodismo, dedican 6 horas diarias a tareas de cuidado no remuneradas.

De los jóvenes periodistas menores a 30 años, un 96% son pobres. El 76% de los trabajadores de prensa afirmaron que fueron atacados virtualmente y, en un 42%, sufrieron síntomas constantes de ansiedad; un 13%, depresión; y un 8%, ataques de pánico. “Estos datos son útiles para comprender por qué el periodismo, por ende, la libertad de expresión y del acceso a la información, están en peligro en nuestro país”, aseguran desde el gremio.

Tiempos adversos

Para la Asociación de Revistas Culturales Independientes de la Argentina (ARECIA), la falta de una ley que regule, de forma clara y distributiva, la pauta oficial, y sobre todo que incluya a los medios autogestivos, es uno de los grandes déficits de la época. Es que, en estos tiempos adversos, empiezan a pesar los asuntos no resueltos por la gestión de Alberto Fernández en el período 2019-2023. “El Gobierno anterior dejó a la merced de este Gobierno los convenios de fondos para medios que brindaba el Fomeca. Se firmaron, pero no se ejecutaron a tiempo, y ahora no sabemos si se van a recibir o no esas partidas. Y, algo aún peor, todavía hay medios que no pudieron cobrar las enormes deudas de años anteriores. El Estado debe hasta un 50% de pauta de 2023. Estamos reclamando montos totalmente devaluados; eso afecta muchísimo a nuestros medios”, detalla Lucas Pedulla, presidente de ARECIA.

El Gobierno anterior se fue sin cumplir sus promesas. Y ahora cada paso de la gestión de Javier Milei es en contra de los medios de comunicación independientes, lo que afecta más a los cooperativos.

En la resolución firmada por el vocero presidencial, Manuel Adorni, donde se daba caducidad a 7.000 órdenes de publicidad “por falta de documentación”, aparecen muchos medios autogestivos. “Quieren mitigar todos los organismos del Estado que hacen a la regulación de las formas que atacan a los medios, además de que empezaron a amenazar al INAES”, anuncia Pedulla.

Pauta, ¿cero?

“¿Queremos ser libres? Seamos libres en serio: pauta cero”, dijo Javier Milei el 10 de diciembre de 2023, ante la Asamblea legislativa. La promesa en su acto de asunción era suspender por un año la publicidad oficial que por ley el Estado nacional debe otorgar a los medios de comunicación. El argumento era el mismo de siempre: “No había plata”.

La medida fue un golpe duro para la mayoría de las empresas del mapa de medios en Argentina, pero no para todos los medios. ¿Para quiénes no hay plata? ¿Los medios hegemónicos tampoco reciben ni un peso del Estado?

“La realidad es que el golpe del recorte de la pauta es para los medios cooperativos, porque el recorte no es general; sigue bajando a los grandes medios a través de organismos descentralizados como YPF, como ANSES. Este fue un golpe duro para nosotros porque veníamos dando una pelea fuerte por la democratización de la pauta y la federalización, y con el Gobierno anterior habíamos logrado que muchos de los medios de la Red de Medios Digitales lograran acceder a la pauta y fortalecer sus ingresos a través de eso. Así que ese fue un primer golpazo”, dice Yair Cybel, comunicador y socio fundador de El Grito del Sur.

Pablo Bruetman, periodista responsable del área de Sustentabilidad de la Revista Cítrica, señala: “Todas las empresas privadas reciben incentivos, préstamos, subsidios, beneficios impositivos, lo que sea. Y hay siempre una notoria desigualdad entre, por ejemplo, lo que reciben un medio autogestivo de comunicación como el nuestro y Clarín, Página/12 o La Nación”.

“El impacto que generan las políticas de este Gobierno no es solo en la merma de la pauta oficial, de recursos y subsidios; es también en servicios, en alquileres, en imprentas, en todo aumento de la vida cotidiana de los socios y las socias de la cooperativa. Y este último punto nos preocupa y tratamos de dar respuestas”, comenta Arrascaeta, periodista y tesorera de la Cooperativa La Vaca.

Para Pedulla, el 2024 fue un año de sobrevivencia. “Si mirás el ecosistema completo, radio, medios digitales, canales de televisión comunitarios y revistas culturales, que exploran otras herramientas como el streaming y las redes sin descuidar el espacio público, estuvieron presentes las estrategias de solidaridad en clave de las redes que supimos construir, que -más que nunca- van a ser clave para atravesar este año bastante complicado”, evalúa.

Datos, no opiniones

Según un censo realizado a fines de 2024 por la Red de Medios Digitales (la primera Federación de medios digitales de América Latina), de los 73 medios cooperativos nativos digitales en todo el país, de casi 900 trabajadores de prensa, solo el 8% percibe un ingreso de más de 400.000 pesos; el 85% de los trabajadores tienen otros ingresos para llegar a fin de mes; solo el 60% recibe un pago por el trabajo de prensa que realiza; y el 22% dejó de recibir ingresos en el último año. Y las garantías con las que salen a la calle no son las mejores: en el 27% de los casos, el medio o un integrante del medio recibió amenazas por ejercer su profesión y el 16% sufrió algún hecho represivo.

Pese a estos números, los medios autogestivos insisten en hacer periodismo.

Suscriptores, la clave

¿Qué rol activo cumplen lectores y lectoras para sostener al medio? ¿Cómo funciona el sistema de membresías? La cooperativa La Vaca, que gestiona la revista Mu desde hace más de 18 años, fue la primera en entender que el aporte económico de sus lectores es fundamental para existir. Sus fuentes de financiación son varias: el espacio cultural, con obras y talleres de teatro; la librería, con producciones propias; la universidad, con cursos, diplomados y cátedras; la productora de podcast; el Observatorio Lucía Pérez, para la búsqueda de proyectos; y el aporte de sus lectores a través de las suscripciones a la revista.

“Con un poquito, aportás mucho”, dice el banner en la web desde donde la cooperativa La Vaca invita a sus lectores a suscribirse. ¿Qué obtienen a cambio? Por una suscripción digital, se tienen acceso prioritario a la revista Mu digital, acceso ilimitado al contenido de lavaca.org, descuentos en libros, talleres y eventos, y atención vía WhatsApp.

“En este contexto le dimos más lugar a la campaña para buscar más suscripciones porque es un sostenimiento más autónomo. Pero, como entendemos que nuestros lectores también viven una crisis, valoramos mucho que apuesten todos los meses por nuestro periodismo. Nos parece un gesto hermoso”.

¿Por qué insisten en hacer periodismo en este contexto tan incierto para un oficio en crisis? ¿Hay futuro para el periodismo cooperativo? Hay. Es, de hecho, casi la única forma de hacer periodismo genuinamente. Sin condicionamientos, concesiones ni autocensura. Hacen periodismo cooperativo porque es la forma que encontraron de contar historias, de denunciar injusticias, de garantizar a la sociedad el derecho a estar informada.

Fuente: www.accion.coop

Consejo de Administración.

Cooperativa de Trabajo La Posta del Noroeste Ltda.