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La reconocida Cristina Llaguno brindará un “Taller de constelaciones familiares” en Lincoln

RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS. La propuesta se desarrollará el 16 de septiembre y tendrá como coordinadora a la abogada, psicóloga y consteladora, creadora del “Derecho sistémico”. “Lo que hago es explicarles a las personas lo que se ve, para que aprendan a mirar, y para que aprendan a oír”, dijo a La Posta.

El próximo sábado 16 de septiembre se llevará a cabo un importante “Taller de constelaciones familiares”, que estará coordinado por la prestigiosa abogada, psicóloga y consteladora, Cristina Llaguno. Se trata de un encuentro que tendrá una duración aproximada a las ocho horas y se llevará a cabo en el salón Los Álamos, con la doctora Victoria Marchisio como referencia a nivel local.  

En ese marco, Llaguno dialogó con La Posta Radio y se explayó en varios conceptos vinculados a la propuesta que llevará adelante. “Las constelaciones son imágenes que tenemos en el inconsciente, que están desorganizadas o incompletas, y causan mucho dolor y sufrimiento a las personas. Todos tenemos imágenes desordenadas y no nos damos cuenta de eso hasta que decidimos buscar pareja, tener un hijo, cambiar de trabajo, salir al mundo, cuando vemos que no ganamos dinero, que nos enfermamos, entonces, se trata de una filosofía para la vida, que tiene que ver con lo complementario”, explicó.

En ese sentido, añadió: “Muchas personas piensan que van a dejar a su médico o a su psiquiatra y después hacen una constelación, pero no funciona de esa manera. Funciona a un nivel espiritual, esto de ver, porque el conflicto, gracias a Bergelingher que es el creador de esta filosofía, se puede ver, por primera vez. Puedo traer personas que están conmigo en un grupo de constelaciones, y cada uno va a representar a alguien de mi sistema familiar, sin que yo sepa cómo, porque el cómo se sabe por la física cuántica, esas personas van a pensar a sentir lo que sienten las verdaderas personas de mi sistema familiar, aunque yo no cuente nada. En los talleres, las personas no necesitan contar absolutamente nada de su vida, las vamos a preservar en su intimidad, las vamos acompañar en sus procesos, porque el que cuenta es el cuerpo. El cuerpo de las personas habla y de acuerdo a su dolor es como camina, como mira, como pone sus manos a los costados, delante o detrás de su cuerpo, qué distancia tiene entre sus padres y esa persona; si tiene que tomar decisiones laborales, a qué distancia está de cada decisión”.

Sobre ese punto, indicó: “Como doy entrenamiento en constelaciones, lo que hago es explicarles a las personas lo que se ve, para que aprendan a mirar, y para que aprendan a oír. No es lo mismo pedir lo que quiero, que pedir lo que necesito. Porque lo que quiero es una cosa, pero lo que necesito es otra y cuando aprendemos a diferenciarlo, ya ganamos mucho en sanación, en salud mental, en relación con los demás, nos sentimos diferentes”.

“En un taller nos sentamos todos en círculo; ese círculo, consideramos que es un espacio sagrado, donde las personas pueden tomar agua, pero no pueden comer, no pueden tomar mates, no pueden hacer picnic. Entonces todos los que estamos en la sala somos participantes, sólo que en mi caso coordino. Yo hago una introducción al trabajo, explico cómo se hace, cómo funciona, y después las personas levantan su mano para pedir algo que necesitan resolver. Muchas mujeres piden sobre la relación con su pareja, y yo las miro, y me doy cuenta que no tienen pareja, entonces, para trabajar la relación de pareja, primero hay que tener pareja, y se empiezan a reír y se dieron cuenta que el pedido era ‘quiero una pareja’. Entonces el tema es encausar el pedido adecuadamente, porque cuando yo tengo el pedido concreto en mi cabeza, el 80 por ciento está resuelto. Ahora, si yo empiezo a hacer zapping mental diciendo ‘voy a trabajar la relación con mi mamá; no, mejor con mi papá; no mejor quiero pareja; mejor quiero vender la casa que heredé, entonces no hay una concordancia y su energía parecen fuegos artificiales que estallan en muchas direcciones”, detalló Llaguno. 

Además, dijo: “Mi visita a Lincoln es una visita de reencuentro, aunque va a ser mi primera vez que voy a Lincoln. Será un reencuentro con el alma de las personas, que yo vivo con ellas en el mismo país, entonces en ese reencuentro, en ese festejo, porque lo vivo como una fiesta, voy a conocer la ciudad, voy a conocer a sus habitantes, voy a conocer sus dolores y vamos a resolver muchas cosas. Por eso estoy tan feliz de ir a Lincoln”.

DERECHO SISTÉMICO. Cristina Llaguno es la creadora de un método conocido como “Derecho Sistémico”, algo que construyó a través de los años, conjugando sus diferentes estudios y conocimientos. “Tengo 43 años de abogada y, en medio de eso decidí estudiar psicología en Estados Unidos, me certifiqué, y mi maestro de psicología me recomendó seguir estudiando con Bergelingher. Entonces, cuando empecé a hacerlo, me di cuenta que el derecho y la ‘Filosofía para la vida’ que él creó, tienen puntos en común. Los dos buscan la reconciliación, buscan la paz, y entonces empecé a desarrollar el concepto de ‘Filosofía jurídico sistémica’. En el año 2015, Bergelingher me nombra maestra de su escuela. Fuimos ocho los maestros nombrados por él. De ellos, tres han fallecido, quedamos cinco, y yo soy la ocho. En 2015 él me invitó a llevar mi trabajo a Brasil, a una universidad, y ahí formamos alrededor de 700 jueces, abogados, fiscales, operadores de la justicia en este concepto que yo había desarrollado, y ahí le llamaron ‘Derecho sistémico’”, relató. 

En esa línea agregó: “Luego de ello, yo seguí trabajando y desarrollé la ‘Resolución sistémica de conflictos’. En este momento tenemos un diplomado internacional universitario en la ciudad de Zacatecas, México, donde yo imparto este diplomado, y la función es que las personas que tienen un conflicto, aprendan a resolverlo por sí mismas. Si no lo logran, y van a ver un abogado, que no sea un abogado que promete ver sangre, hacer quebrar al otro, aniquilarlo, sino llegar a una solución conjunta donde las dos partes ganen. Esto hace que se disminuyan los juicios, y los que están en trámite se puedan resolver antes que se dicte sentencia. Entonces se logra que las dos partes estén contentas con el resultado. Porque muchas veces, una persona que gana un juicio, sigue triste, aunque haya ganado”. 

“Eso significa que todos nosotros queremos lo mismo: ser mirados, reconocidos y amados, y hay personas que van a tribunales una y otra vez por las cosas más insignificantes, a pedirle a un juez que dicte una sentencia a su favor, y detrás de ese pedido existe esta necesidad: ser mirado, reconocido y amado. Y un juez no puede dar eso, eso lo dan los padres. Pero cuando una persona se da cuenta de eso, comienza a solucionarlo por sí mismo”, finalizó.

TALLER DE CONSTELACIONES FAMILIARES

COORDINA: CRISTINA LLAGUNO.

DÍA: SÁBADO 16 DE SEPTIEMBRE.

HORA: DE 10:00 A 18:00 HORAS.

LUGAR: LOS ÁLAMOS, LINCOLN.

INFORMES: VICTORIA MARCHICIO – 1160183418.