“‘La Linqueña’ no tiene techo y por eso estoy orgullosa”
LOCALES. La fábrica de alfajores ha tenido un crecimiento exponencial desde su creación y está a punto de convertirse en una Pyme. Además, tiene como metas crear nuevos productos y exportar. “Nunca pensé que íbamos a estar donde hoy estamos, porque empezó siendo un alfajor para los amigos y se convirtió en un producto que tiene vida propia”, contó su creadora, Lorena Yapur.
La fábrica de alfajores “La Linqueña” se ha ubicado en el mercado local como una marca tradicional. Sin embargo, tiene sólo cuatro años y un poco menos con ese nombre.
Se trata de un emprendimiento que hoy ya ha superado ese nivel y se ha convertido en una empresa que distribuye sus productos de primera calidad, no sólo en la región, sino también en gran parte del país, y que tiene como metas, a mediano plazo, crear nuevos productos y, por qué no, exportar.
Lorena Yapur es la propietaria emprendedora de Alfajores “La Linqueña”, un proyecto que no para de crecer y que ya ofrece 35 variedades de sus productos. En el marco del espacio “Nuestra Economía Independiente”, La Posta visitó la fábrica ubicada en la calle Estrada 1.203 y dialogó con su dueña.
“Comenzamos hace cuatro años. Fuimos creciendo bastante rápido, con algunos tropezones, pero por suerte la gente nos acompaña. Desde el día uno apuesta por esto y nos ayuda a promocionarlo. El público creyó en el producto y en lo que nosotros queríamos, y eso nos facilitó mucho las cosas. Implantar un producto es difícil, y en una situación como en la que estábamos, cuando comenzamos, en plena pandemia. Hoy es una situación complicada a nivel país. Entonces es muy difícil, pero la gente apoya y eso nos alivia”, contó Lorena Yapur.
En el mismo marco relató cómo habían sido los inicios del emprendimiento. “Comencé en mi casa a los quince días de que se cerrara todo por la pandemia, en la cocina. De ahí, al quincho, estando embarazada. Y, seis meses después, conseguimos este lugar, porque ya veíamos que tenía un rumbo y que había que focalizarse exclusivamente en el alfajor. Así que, desde fines del 2020, conseguimos este lugar y ya en el 2021 inauguramos”, dijo.
UN DÍA DE TRABAJO. “‘La Linqueña’ arranca a las 7:00 de la mañana. Se elabora masa temprano, se cocina, se rellena, se baña, se atiende al público, se organizan los despachos a los clientes que están fuera de Lincoln, se atiende a los proveedores; y, por la tarde, se envasa y se cocina, hasta las 8:00 de la noche, cuando se hace el trabajo administrativo. Así, todos los días, de lunes a sábados”, indicó.
Además, dijo: “Hoy tenemos 35 variedades y ya estamos empezando a planificar el año que viene, cuando vamos a hacer otra línea de alfajores de autor y una línea de galletitas, porque a la gente le empezó a gustar y nos está pidiendo variedad. Entonces estamos armando una línea de galletitas más escolares”.
ALCANCE. “La Linqueña” se ha extendido mucho y sus alfajores pueden conseguirse en gran parte del país.
“Llegamos a Rosario, La Plata, Capital Federal, gran parte de la provincia de Buenos Aires (casi todo el noroeste está cubierto), La Pampa y Chubut”, le contó a La Posta.
Después prosiguió: “Este año nos empezamos a animar a salir de Lincoln, viendo que tenemos venta afuera. Entonces, los mismos vendedores nos dicen que empecemos a mostrarnos, que eso ayuda. Este fin de semana estuvimos en la fiesta provincial de Rawson, compartiendo todo el ‘finde’ con 59 fábricas más de alfajores. Nos fue súper bien, quedamos en el puesto número 5 de venta de las 59, fuimos una de las que más vendimos. Fue la primera experiencia de salir de Lincoln, con todo lo que conlleva hacer feria o fiesta y estar metido en algo así, que era netamente de alfajores, en lo que no hay otra cosa para comprar, con colegas con mucha trayectoria. El ambiente de la cámara alfajorera es súper bondadoso y lindo para trabajar en conjunto; no hay competencia, nos ayudamos entre todos y nos abrieron la puerta, nos ayudaron y nos asesoraron. Cuando nos dijeron que quedamos en quinto lugar de venta de 59, fue un montón”.
En otro pasaje de la nota, Yapur puntualizó: “Estamos planificando salir una vez por mes a eventos y, a su vez, nosotros tercerizamos marca. Entonces también estamos con eso. Este fin de semana estuvimos nosotros en Rawson, y la marca que nosotros tercerizamos estuvo en la fiesta del salame seco, y también se vendió muy bien”.
“La idea es, el año que viene, sobre todo con la marca tercerizada, poder salir y exportar. Pero es un proceso, un camino que hay que encarar. Cuando aparecen las posibilidades y nos dicen que es un producto que tranquilamente podés vender afuera, hay que prepararse para eso”, remarcó.
NO HAY MAL QUE POR BIEN NO VENGA. Cuando la marca había comenzado a crecer como “Lincoln Alfajores”, había aparecido la empresa que hoy está a cargo de las galletitas “Lincoln” e intimado al emprendimiento a cambiar su nombre. A pesar de todo el problema que había supuesto en primera instancia, ha terminado siendo beneficioso para la marca.
“Comenzamos con ‘Lincoln Alfajores’, no llegamos al proceso judicial, pero tuvimos intimaciones. Pero, con abogados, todo se solucionó. Fue todo un proceso. Pero hoy la marca registrada es ‘La Linqueña’, y eso nos favoreció, porque queda, más allá de que en la producción somos todas mujeres. La idea era que fuera el nombre femenino, porque es la fábrica de Lincoln. Es la primera fábrica netamente de alfajores, con todas las habilitaciones nacionales. Y nosotros queríamos que Lincoln fuera reconocido, también, por tener una fábrica”, dijo al respecto.
Posteriormente, Yapur destacó: “Nunca pensé que íbamos a estar donde hoy estamos, porque empezó siendo un alfajor para los amigos, por querer laburar, y se convirtió en un producto que tiene vida propia, que se defiende solo. Hoy me estoy empezando a desligar de la producción para ocuparme del proceso de pasar de emprendimiento a Pyme, que es bastante complejo. Por eso estoy súper orgullosa de cómo estamos y con muchos objetivos a futuro. Siempre digo que al techo se lo pone uno mismo, y ‘La Linqueña’ no tiene techo. No quiero que tenga techo y por eso estoy re orgullosa”.
CRECIMIENTO. Aquel emprendimiento que había empezado en una cocina hoy les da trabajo a cerca de veinte personas, y ése es otro punto muy importante.
“En la producción somos seis personas. Pero en todo el extra, la otra pata, que son la venta y la distribución, tenemos un equipo bastante importante. Tenemos cinco distribuidores cabeza, que tienen sus equipos de venta; tenemos el packaging, fotografía, manejo de redes, todo eso que se va tercerizando. Debemos andar arriba de las veinte personas que laburan con el alfajor”, indicó.
Finalmente, Yapur informó cuáles son los medios de contacto. “Quien nos quiera ubicar nos encuentra, primero, en el local de Estrada 1.203, casi esquina Moreno. Y, si no, en las redes como ‘La Linqueña Alfajores’. Ahora inauguramos la página de venta online con el mismo nombre. Si entran a nuestro Instagram, los direcciona directamente. Hacemos envíos a todo el país y ahí están todos los datos”, completó.