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Kicillof: “Más que campaña sucia, la oposición quiere generar inestabilidad”

Por Andrés Lavaselli, para DIB.

En diálogo con DIB, el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, explicó por qué aspira a su reelección.

Dijo que ha hecho mucho más que María Eugenia Vidal, pero sólo con la mitad del mandato en condiciones normales, y que ahora el desafío es mantener ese ritmo.

Repasó las deudas de su mandato y explicó proyectos, en caso de triunfar. También apuntó contra la oposición en la polémica por el FMI, y detalló su mirada sobre la interna entre Sergio Massa y Juan Grabois.

– ¿Por qué necesita cuatro años más al frente de la Provincia?

– Para calificar una gestión hay diferentes parámetros. Uno es la comparación con otros Gobiernos. Y, obviamente, con el anterior, de Vidal, es lo más natural. Doy algunos ejemplos. Vidal dice que hizo 65 escuelas nuevas. Yo acabo de inaugurar la 169ª. Recibimos 750 patrulleros para 1.100 cuadrículas del conurbano; entregamos 4.500 nuevos vehículos para la policía. Bajamos el 205% los homicidios; integramos el sistema de salud provincial a los locales; abrimos los policonsultorios de Ioma; estamos conectando todas las escuelas a internet. Son ejemplos. Digo que hicimos el triple y que, de los tres años y medio que llevamos de Gobierno, uno y medio o dos fueron de pandemia.

– Plantea que tuvo un año y medio, en realidad, de gestión plena.

– Claro. Lo que digo es que al ritmo que hemos logrado en cada una de las áreas de gestión hay que continuarlo, hay que sostenerlo.

– ¿Cuál es la mayor deuda de estos cuatro años?

– Hay cuestiones que son estructurales. Recuperar recursos de coparticipación, esa tarea me impuse, y nos fue bastante bien… Ahora propongo un fondo especial de infraestructura nacional, que se utilice en proporción con la necesidad de cada Jurisdicción. Ahí, la Provincia se llevaría una proporción muy importante. El otro día, una mujer se quejó porque no se cumplen los 180 días de clases. Por supuesto que se cumplen. Pero hay casos particulares en un sistema educativo que tiene 22.000 establecimientos. Porque, en aquel momento, estaba hablando de una escuela secundaria de un pueblo adonde una maestra los viernes no iba.

– ¿Por qué no lo aclaró?

– Lo hice, pero los mal llamados medios nacionales, que son medios porteños y muchas veces macristas, digamos, asociados con lo que es nuestra oposición, no lo toman. Es abierto. ¿TN, kirchnerista, peronista, del campo popular? ¿O contrario? Contrario. ‘La Nación Más’… Bueno, incluso América (algunos periodistas de América, que está bien que tengan su posición), pero es como una línea editorial que tienen, contraria a nuestra gestión.

– Santilli, hace poquito, dijo que usted “se borró” de la lucha contra el narcotráfico y que la inseguridad empeoró en la provincia.

– Ah, un papelón, un papelón… Vamos primero a lo que estuvimos viendo durante estos días en Capital Federal, donde Santilli estaba con responsabilidades en seguridad. Hay problemas de inseguridad en todas las Jurisdicciones, no lo niego, pero en algún momento Rodríguez Larreta trataba de plantear que no hay narcotráfico en la ciudad, que no hay delitos, y la verdad es que es mentira. Conte Grand, el procurador de la Corte, es quien hace la estadística de hechos de inseguridad. Fue funcionario de Vidal. Y, en el único delito que se compara a nivel internacional, porque es indiscutible, que son los crímenes, bajó el 20%.

– ¿Está conforme con la actuación del ministro Berni, al que algunos sectores del oficialismo no ven con buenos ojos?

– Estoy muy conforme. Es un hombre que tiene un compromiso, una capacidad de trabajo y un involucramiento fuera de lo común. Nosotros vimos un ministro de Seguridad que ni locos aparecían en un operativo; ni locos aparecían en un momento de riesgo.

– ¿No es una especie de show? ¿No cree que arriesga de más?

– Por supuesto que arriesga un montón. Pero porque ponen la cara y ponen el cuerpo. Lo mismo hacemos nosotros en toda la provincia de Buenos Aires: hay un conflicto, preguntarle a un intendente, llamar al Gobernador.

– Algunos intendentes han dicho que fueron discriminados en el reparto de fondos.

– No respondo con números porque no quiero que pasen vergüenza. Los que dicen esos son PRO, línea Bullrich. O sea, aparentemente, hay una instrucción de plantearse como discriminados. Pero la verdad es que no es eso lo que hacemos. Y la prueba máxima es la pandemia. Hasta terminé pagando los sueldos de la gran mayoría. O el Fondo de Infraestructura, que ahora se reparte por un índice objetivo. O sea que las obras que hacen los intendentes se hacen con recursos provinciales, en buena medida.

– Rodríguez Larreta acaba de decir que, cuando asuma, va a eliminar retenciones.

– Rodríguez Larreta fue un hombre del PRO durante el Gobierno de Macri, un Gobierno que puso retenciones, y él nunca abrió la boca. Así que me permito dudar del PRO en campaña. Me parece que tienen como una especie de adicción al marketing.

– ¿Qué balance hace de su relación con el sector agropecuario?

– Me siento reconocido. ¿Cuáles eran los reclamos? Terminar la obra del Salado, del Luján. El Gobierno anterior hizo un décimo de lo que hicimos nosotros. La “Ruta del Cereal”, la 51… Me habían pedido caminos rurales. Vidal prometió 12.000 kilómetros. Se equivocó por poquito, hizo 12… Le faltaron tres ceros. Yo no prometí hacer, y vamos más de 5.000 kilómetros reales.

El debate con la oposición

– ¿Usted cree que lo que están planteando Patricia Bullrich, Horacio Rodríguez Larreta o Javier Milei implica represión?

– Tenemos una experiencia muy cercana. Una es lo que está ocurriendo en Jujuy, que comenzó como un reclamo salarial de los maestros y terminó en una represión muy violenta. Pero tiene que ver con los planes que quieren aplicar. Nos acusan de hacer una campaña del miedo, y a mí me da miedo su campaña.

– Más allá de eso, la sociedad parece haberse derechizado.

– Hubo un momento, sobre todo en la postpandemia, en que fue internacional. Se salió con mucho malestar después de todo lo que significó la pérdida. Ahí había toda una cosa de que ‘El Estado te jode la vida, te restringe, te quita libertades’. Entonces, ahí surgió todo ese discurso. Ahora, con el paso del tiempo, más cerca de las elecciones, le piden más precisiones. Entonces, dicen cualquier cosa (por ejemplo, que la gente venda los órganos). Y, bueno, eso ya no gusta tanto. Después, si la sociedad está de acuerdo en privatizar todo, como dice la derecha, no creo. Esos discursos de que el mercado soluciona todo tampoco tienen tanta inserción en una provincia en la que en muchísimos Municipios el único prestador de salud es el Estado municipal, el provincial o ambos; el único prestador de educación es el Estado, o hay una escuela a la que se le pagan cuotas, pero con subsidios. Solamente el 5% de las escuelas de la provincia no tiene ningún subsidio.

– ¿Qué le da miedo, específicamente?

– Hablan de dinamitar. Es una campaña a todo nada. El otro día Bullrich dijo que iba a ajustar en todos lados. Claro, uno dice: ‘Quieren dinamitar’. ¿Qué van a dinamitar? Las escuelas, las rutas. ¿Por dónde van a empezar…? Quieren echar trabajadores del Estado. ¿Qué son los trabajadores de la provincia? Son maestros y maestras, bomberos, policías, médicos, enfermeros.

– ¿Eso puede generar una resistencia violenta?

– Indudablemente, se van a defender los derechos.

– En el caso de que gobierne Rodríguez Larreta, ¿ve el mismo escenario?

– La derecha tiene varios candidatos, pero un solo proyecto, al que ya ejercieron: nos endeudaron, nos trajeron al Fondo, desfinanciaron la salud y la educación. Asumieron con 200.000 planes sociales y terminaron con 800.000.

– ¿Cómo explica el fenómeno Milei, primero ponderado y ahora criticado por el sector duro de “Juntos por el Cambio” con el que compite?

– Algo raro hay. Pero ya dije que no me gusta ponerme conspirativo. Si vos me decís si es cierto que algunos canales, medios y periodistas antes no confrontaban con algunas ideas de Milei y ahora sí, sí eso es cierto.

Entre Massa y Grabois

– El Presidente no va a la reelección. ¿Eso tiene que ver con un fracaso de la gestión?

– Me parece que nosotros, en el 2019, articulamos un frente electoral con diferentes expresiones de lo que es el campo popular, en el cual Alberto fue un hombre que se pasó -desde que dejó de ser jefe de Gabinete de Cristina, en 2008, hasta 2018- prácticamente diez años criticando y diciendo cosas muy fuertes. Creo que se hizo un intento de unidad con matices y que, bueno, seguimos unidos, pero se va reconfigurando.

– ¿Pero fracasó o no?

– Fue una gestión muy complicada por varios factores. Hay cuestiones pendientes, como la distribución del ingreso. Se ha generado el trabajo, pero a nivel de recuperación salarial falta, todavía.

– ¿Con la inflación qué pasa? ¿Es la emisión o no se fue lo suficientemente duro para limitar la rentabilidad empresarial?

– Si me puedo sacar un poco el sombrero de economista, hablo un poco desde la política. En la elección de 2021 se perdió un caudal inmenso de acompañamiento, y yo entiendo la inflación como algo que tiene que ver, en gran medida, con conflicto distributivo. Entonces, se necesitan representatividad y poder político. Vamos a esta elección, también, a recontratar lo que vamos a hacer con la sociedad en su conjunto, con los sectores de poder interno, con el FMI. El plan del Fondo es combustible para la inflación…

– ¿Y entonces qué hay que hacer con el Fondo?

– Y… hay que discutir a Fondo.

– ¿Es viable apoyarse en China para esa discusión?

– Me parece que el FMI está en bancarrota. Los propios países centrales cuestionan su actuación. En un mundo que ya no es unipolar, empieza a aparecer no solamente China, sino también otro bloque alternativo. La propia Europa plantea tratar de independizarse. El Fondo fue expresión de la postguerra y del predominio norteamericano. Eso está cambiando. La geopolítica está cambiando, y eso nos da una oportunidad importante de discutir con el Fondo.

– El dólar blue sube porque no llega el acuerdo con el Fondo. Massa dice que economistas de la oposición lo traban, pero no da nombres.

– Está comprobado que los economistas de la oposición, ya desde los meses previos a la renuncia de (Martín) Guzmán, empezaron a hacer comentarios de que no iban a pagar los títulos en pesos, si eran gobierno (Laspina, Lacunza y la propia Bullrich). Ahora, a lo que dice Sergio no lo desmintieron, así que evidentemente están hablando con el Fondo en el sentido en que dice el ministro. Es de una inmensa gravedad. Lo que pasa es que, como hay ciertos medios que son cómplices de esas maniobras, lo consienten, lo acompañan y hasta lo fomentan. Pero es muy grave. Lo tomo como un acto de enorme irresponsabilidad. Más que campaña sucia, lo entiendo como un hecho que genera inestabilidad y que perjudica a todos.

– ¿El problema fue que no hubo un programa de gobierno consensuado previo? Pregunto porque ahora tampoco parece discutirse.

– El peronismo no ha tenido mucha experiencia de gobernar con un frente. Pero creo que hemos ganado mucho en ese plano. En cuanto al hecho de que Sergio Massa, como ministro de Economía, sea nuestro candidato a presidente, creo que hay sectores del frente que lo entendieron mejor y que lo pudieron administrar mejor, y otros no. Y eso sí, obviamente, dificultó. Todo esto no pasó en la provincia, en la que nunca ningún ministro se mostró en contra o hubo un conflicto en el interior del Gobierno.

– Pero hubo un cambio de ministros, después de las elecciones, que hizo ruido.

– Sí, pero eso del ruido fue una cosa que pasó en los diarios. Eso tuvo que ver con incorporar a factores del frente después de un fracaso electoral. Es normal.

– En este cierre había sectores de su propio espacio que querían que fuera candidato a presidente, y no a gobernador.

– Esas cosas a mí me halagan. Porque habremos hecho las cosas relativamente bien en la provincia para que se piense en la posibilidad de una candidatura presidencial.

– Fue un momento de tensión interna. Incluso se habló de desdoblar las elecciones.

– No. Internamente, obviamente, había que hacer una estrategia electoral y había posiciones lógicas, sensatas y que pretendían aportar. Y, bueno, cada uno ha tenido su posición, y terminamos con Sergio Massa de candidato a presidente de unidad.

– Dijo unidad y mencionó solo a Massa…

– Sí, pero también creo que Juan Grabois representa a algunos sectores que no se sienten del todo identificados con Sergio. Me parece que lo importante ahí es la vieja fórmula de que el que gana representa y el que pierde acompaña. Eso va a ser la clave después de la Paso para poder estar competitivos.

– ¿Massa o Grabois? ¿A quién va a votar?

– Me lo reservo. Sí quiero decir que yo valoro mucho ambas candidaturas. De Juan soy cercano, hablo mucho con él, he discutido varias cosas… No estamos de acuerdo 100% en todo. Pero trabajo muy bien con él. Con Sergio tenemos un trabajo cotidiano, de gestión.

– Suena más cercano a la opción de Sergio Massa…

– Y yo creo que Sergio expresa a muchos sectores de nuestro frente.

– Muchos dicen que Massa necesita “tracción” de su candidatura y de los intendentes.

– Ojalá pueda hacerlo. La intención es amalgamar la boleta. Particularmente, lo planteo con la figura de Sergio, que sea una propuesta y que se vote con la boleta completa. Lo que hay que conseguir es que se comprenda que un gobernador que tenga un gobierno nacional de derecha que esté haciendo el ajuste no puede trabajar en una provincia que necesita expandir su capacidad productiva y crear más trabajo.

– ¿Cree, como Máximo Kirchner, que Cristina tiene que hacer campaña?

– Cristina es una dirigente que tiene un peso importantísimo en nuestra provincia y en todo el país, y conduce a buena parte de “Unión por la Patria”. No tengo certeza de cuáles van a ser sus participaciones. Lo que diría es que está presente.

– ¿Cómo es su relación con Máximo hoy?

– Buena, excelente.