Javier Milei dispuso el retiro de Argentina de la Organización Mundial de la Salud
MEDIDA. El Presidente ordenó activar las acciones para dejar de pertenecer al organismo, en línea con lo que ya había anunciado el mandatario estadounidense Donald Trump. “Reafirma nuestro camino hacia un país con soberanía también en materia de salud”, indicaron desde el Gobierno argentino.
El presidente Javier Milei instruyó al canciller Gerardo Werthein a retirar la participación de Argentina en la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Según anunció el vocero Manuel Adorni, esta decisión se sustenta en las profundas diferencias del Gobierno con la gestión sanitaria de la pandemia de coronavirus. Al respecto, el funcionario dijo: “Los argentinos no vamos a permitir que un organismo internacional intervenga en nuestra soberanía, mucho menos en nuestra salud”.
Adorni destacó que actualmente Argentina no recibe financiamiento de la OMS para la gestión sanitaria. Por lo tanto, esta medida no representa una pérdida de fondos ni afecta la calidad de los servicios de salud.
El Ejecutivo nacional cree que esta decisión le dará al país una mayor flexibilidad para adaptar la política sanitaria al contexto mundial e intereses de la población. “Y reafirma nuestro camino hacia un país con soberanía también en materia de salud”, subrayó.
Es de señalar que un aspecto hace que se pueda concretar formalmente y dificulta que se pueda bloquear judicialmente la salida del país de la OMS. Es que Argentina no había ingresado a ella mediante una ley. Es miembro fundador de la OMS, ya que había participado en la Conferencia Internacional de Salud de 1946 en la que se había constituido. Este organismo internacional había entrado en vigor el 7 de abril de 1948, momento en el que Argentina y los demás firmantes habían pasado a ser formalmente miembros participantes.
En términos formales, la adhesión de un país a un tratado o a una organización internacionales puede ser ratificada por el Poder Legislativo, pero, en este caso, no había habido una ley específica que estableciera el ingreso de Argentina a la OMS, sino que había sido parte de un proceso diplomático y de política exterior. Si hubiese sido por ley, tendría que ser ahora también una ley la que determinara la salida de la OMS.
EN CONTRA. El ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires, Nicolás Kreplak, expresó su enérgico rechazo a la decisión de Milei de retirar a Argentina de la OMS. Calificó a la medida como “un retroceso para el país” y “una jugada política perjudicial para el sistema de salud”.
En sus declaraciones, Kreplak advirtió que la salida de la OMS “retrasa el lugar de la salud argentina en el mundo”. Y subrayó que “nos deja solos y desamparados” frente a futuras crisis sanitarias, como las epidemias o las pandemias, en referencia a la reciente emergencia de salud global que ha enfrentado el mundo con la pandemia de COVID-19.
JUSTIFICACIÓN. La decisión de la administración de Milei se dio a conocer de forma inesperada y provocó gran sorpresa, justo después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, también decidiera retirar a su país de la OMS.
En sus declaraciones, el Presidente argentino justificó esta medida fundamentando que el manejo de la pandemia por parte del organismo internacional “fue cavernícola”. Y consideró que su actuar constituía “un delito de lesa humanidad”. De acuerdo con Milei, la OMS habría manejado la crisis sanitaria mundial de manera ineficaz, lo que justifica la retirada de Argentina de la institución internacional.
Kreplak, por su parte, remarcó que esta decisión tiene consecuencias profundas en el sistema de salud argentino, al enfatizar que la retirada de la OMS podría aislar al país de la colaboración internacional crucial en la lucha contra futuras amenazas sanitarias. “Nos dejaría sin acceso a capacitaciones, estudios científicos, análisis de impactos epidemiológicos y la cooperación internacional que resulta esencial para mejorar nuestras estrategias sanitarias”, fundamentó el funcionario bonaerense.
El ministro también subrayó que la medida podría tener efectos directos en áreas clave de la salud pública de Argentina, como las inmunizaciones, la prevención de enfermedades materno-infantiles, las enfermedades crónicas no transmisibles, el VIH, la tuberculosis, el dengue y otras enfermedades de transmisión sexual. “Además, se perdería el acceso al apoyo financiero para estrategias de prevención, como el fondo solidario de medicamentos, vacunas, insumos y tecnologías, que ha sido vital en épocas de crisis”, destacó Kreplak.
Uno de los puntos más sensibles de la retirada de Argentina de la OMS sería la pérdida del estatus de “centros colaboradores” en importantes laboratorios y centros de investigación, como el Incucai, el “Malbrán” y la Anlis, lo que dificultaría el intercambio de conocimiento y la mejora de las prácticas sanitarias del país.
MÁS CRÍTICAS. La medida impulsada por Milei ha generado un fuerte rechazo, tanto en la comunidad científica como en la oposición política.
Fernán Quirós, el ministro de Salud de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, expresó su preocupación ante la falta de coordinación sanitaria internacional. “Las políticas de coordinación sanitaria son indispensables en los períodos pandémicos que estamos viviendo”, dijo.
Para Quirós, el hecho de retirarse de la OMS pone en peligro la capacidad de Argentina para responder de manera efectiva ante futuros brotes de enfermedades a nivel global.
Desde la oposición, el diputado nacional de Unión por la Patria, Pablo Yedlin, también criticó la decisión de Milei, calificándola como “un error estratégico”. “Argentina es un país que recibe mucho más de la OMS que lo que le da. Ésta es una medida que no se justifica en ningún sentido”, lamentó Yedlin. De acuerdo con su opinión, la salida de la OMS debilita el papel de Argentina en la cooperación internacional y coloca al país en una posición de vulnerabilidad frente a crisis sanitarias futuras.
La decisión de retirar a Argentina de la OMS es un tema altamente controversial que genera divisiones, tanto en el ámbito político como en el científico. Mientras el Gobierno de Milei considera que esta medida es una forma de marcar un nuevo rumbo para la política sanitaria nacional, muchos especialistas y opositores advierten los riesgos de aislamiento internacional y la pérdida de beneficios fundamentales para el sistema de salud del país. En este contexto, la medida sigue siendo objeto de intensas discusiones, con fuertes preocupaciones sobre sus posibles repercusiones a largo plazo.