Italia
Todos tenemos una idea de lo que son Italia, sus ciudades, sus playas y su cultura. A los argentinos, incluso, nos gusta decir que hablamos con las mismas palabras, comemos con los mismos gustos y vivimos con la misma pasión. Y, en cierto punto, es verdad: somos una suerte de primos, cercanos a pesar de la distancia, porque compartimos familia y mucha historia.
Muchas veces Italia es una fantasía que solo se conoce a la lejanía, pero estas producciones nos permiten adentrarnos en este hermoso país como si estuviéramos en el propio. El libro “Las pequeñas virtudes”, de Natalia Ginzburg, y la película “El ladrón de bicicletas”, de Vittorio de Sica, son historias para amar, pensar y nunca olvidar.
“Las pequeñas virtudes”, de Natalia Ginzburg
Este libro de Natalia Ginzburg, escritora y política italiana, es una mezcla de ensayo y autobiografía, contenida en once textos. Con temáticas variadas que recorren cuestiones del papel de la mujer, el mundo de la guerra y la vida en la pobreza. Cada texto con su propia impronta, una combinación de ironía, belleza e intensidad, pero todos con una misma sensibilidad muy natural, humana. Un buen libro para comenzar a leer a esta increíble autora.
“El ladrón de bicicletas”, de Vittorio de Sica
En este caso hablamos de un clásico del cine italiano y podría decirse, también, del cine en general. Esta película cuenta la historia de Antonio, un hombre de clase baja en una Roma de postguerra que consigue un nuevo trabajo colgando carteles por la ciudad, por lo que necesita una bicicleta para hacerlo. Cuando su bicicleta es robada, debe salir con su hijo Bruno por toda la ciudad a encontrarla. Una producción con una trama que parece sencilla, para luego dejar al espectador pensando por días. Un trasfondo intenso, político y social, que parece sacado de la propia actualidad. Y una película emotiva que hará que nunca más te olvides de la mirada de Bruno, las calles de Roma y esa triste bicicleta.
Por Sabrina Curci para La Posta.