“Estamos muy decepcionados de la Justicia porque hubo un encubrimiento policial muy importante”
DOLOR. María y Eduardo, los padres de “Edu” Guerrero, expusieron la situación de la causa que investiga la muerte de su hijo, ocurrida tras un accidente sucedido en noviembre del 2020, al haber colisionado contra una moto conducida por un efectivo policial (quien se encontraba de franco, y circulaba “en contramano y alcoholizado”).
Hace poco más de dos años se produjo un accidente en la esquina de las calles Laprida y Belgrano de Lincoln. Allí colisionaron dos motos. En una de ellas iba un efectivo policial y, en la otra, Eduardo Guerrero, junto con otra joven.
Tras el siniestro vial, Guerrero agonizó durante dos meses y, finalmente, perdió la vida. A lo largo de todo ese tiempo, sus padres, María y Eduardo, lo acompañaron. Mientras tanto, se tejía una vergonzosa red de “encubrimiento policial” para proteger al responsable del accidente.
Justamente María y Eduardo, los padres de “Edu”, visitaron los estudios de La Posta Radio (FM 88.5) y contaron todo lo que han vivido a lo largo de estos dos años de dolor.
“Seguimos en la lucha. El 15 de noviembre del 2020, nuestro hijo circulaba por la calle Laprida en compañía de Priscila Agustina Amado, aproximadamente a las 21:30 horas, y fueron interceptados por el sargento Juan Manuel Odermatt, miembro de la Policía Montada de Campana, quien circulaba en una moto de mayor porte, pero lo hacía en contramano, por la calle Belgrano, a alta velocidad y alcoholizado. Se comprobó, porque figura en la causa, el 1,20 de alcohol en sangre, al que se lo extrajeron dos horas y media después del hecho”, contó María.
En el mismo marco continuó: “Nosotros fuimos notificados cerca de la medianoche. La policía, cuando se acercó al lugar, enseguida reconoció que se trataba de un efectivo policial y procedieron a hacer los planos, el registro de planimetría del acta de procedimiento, favoreciendo al imputado, a su par, porque invirtieron las cuadras para favorecerlo, ya que coinciden, porque él circulaba en contramano por Belgrano, y también con la complacencia de la Ayudantía Fiscal, que no pidió las cámaras aledañas al lugar”.
“Nuestro hijo salió de la farmacia que está en la avenida Massey y la calle Avellaneda, pasó todo el recorrido por la avenida Massey, donde hay cámaras de seguridad. Después dobló por la calle Pellegrini, hasta Laprida, y dobló por Laprida. Cuando llegó a la intersección de Laprida y Belgrano, fue embestido por el sargento Odermatt”, detalló María.
En el mismo sentido enfatizó: “Están las cámaras de bicicletería ‘Alcón’, a las que en su momento no pidieron. Están las cámaras de la ‘Clínica de Ojos’, por donde pasó nuestro hijo, pero tampoco las pidieron. Omitieron una prueba importante. Además, figuraba en la causa que no había testigos, lo cual no es verdad. Nosotros tuvimos que hacer el trabajo que debería haber hecho la Justicia de ir casa por casa y preguntar. Hubo mucha gente que vio previo al impacto y que vio posterior al impacto, quienes no figuraban en la causa, y después pudimos dar con esas personas”.
“Estamos muy decepcionados de la Justicia porque hubo un encubrimiento policial muy importante. De hecho, tardaron muchísimo tiempo en entregar los planos que hicieron la noche del siniestro. La misma policía hizo las pericias, cuando debería haberlas hecho una fuerza mayor (por ejemplo, gendarmería). Cuando hay un policía involucrado, siempre tiene que hacerlo, sí o sí, una fuerza mayor (por ejemplo, gendarmería). No fue así, y la hizo la misma policía. Obviamente, lo favorecieron de entrada, con la complacencia de la Ayudantía Fiscal, que es la que llevaba adelante la causa. Nosotros no tuvimos mucha respuesta, porque estuvimos abocados a acompañar a nuestro hijo durante los 60 días en los que agonizó en la Terapia Intensiva del Higa de Junín, y finalmente falleció el 16 de enero del 2021”, continuó.
En el medio del dolor, la familia de “Edu” se había encontrado con que el trabajo de la Justicia no había sido el que ellos esperaban. “Nosotros confiamos en que la Ayudantía Fiscal iba a hacer su trabajo, junto con la policía, pero hicieron todo lo contrario. Y acá estamos. Pasaron dos años de impunidad. El policía nunca fue sancionado. Incluso, a días de que falleciera nuestro hijo, fue ascendido en la Montada de Campana. Esto, porque tanto el comisario como el ayudante fiscal no dieron aviso a Asuntos Internos de La Plata, que es la fuerza mayor que tienen ellos, la que sanciona cuando hay policías involucrados en una muerte. Entonces, lo ascendieron, sigue su vida con total normalidad, no estuvo detenido y, además, es como que se regocija del dolor ajeno. El día del entierro de nuestro hijo, él pasó, junto con una familiar, por la puerta de casa, mirando y sonriéndose. Son gente que no tiene escrúpulos, no tiene límites ni respeto, y disfruta de esta impunidad en la que están acostumbrados a vivir”.
Al respecto, el padre de “Edu”, Eduardo Guerrero, sumó: “Nosotros hicimos dos denuncias ante el juez de Faltas de Lincoln porque, cuando fue el accidente, tenía 1,20 de alcohol en sangre, pero nunca le sacaron el carnet de conducir y sigue circulando en la nocturnidad, sin luces. Y esta vez fue nuestro hijo, pero mañana puede ser cualquiera. Porque, si lo dejan así, va a seguir haciendo lo que él quiere, porque nadie lo castiga. Además, tanto el ayudante fiscal como todos los que hicieron mal las cosas deberían ser sancionados, porque, si no, estamos en que cada uno hace lo que quiere”.
TRISTEZA. María continuó su relato y dijo: “La Ayudantía Fiscal de Lincoln jamás nos recibió, jamás nos dio explicaciones de nada. Ni siquiera nos recibió. Sí fuimos recibidos por el fiscal general y por el fiscal de la causa, Javier Alberto Ochoaizpuro, que, después, renunció a su cargo, y la causa pasó a la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio N° 4, a cargo de la doctora Paola Luján. Ella fue quien hizo el pedido de elevación a juicio, que fue aceptado por la titular del Juzgado de Garantías N° 3, María Laura Durante”.
“Nosotros queremos dejar como mensaje que no debemos naturalizar el circular en contramano, alcoholizados y a alta velocidad, dar muerte a personas inocentes y andar por la vida con total impunidad, sin escrúpulos, sin límites. Esto sucede porque está amparado por la Justicia, que debería proteger a las víctimas, y evidentemente en este caso no se aplica”, destacó la madre.
En la misma línea consideró: “La corporación policial es demasiado amplia y demasiado poderosa, y permite que este sargento ande por la vida como si nada hubiese pasado. Tiene la licencia de conducir vencida, pero es como si no la tuviera, porque anda igual en vehículos y lo hace con total impunidad”.
En el final de la entrevista, María añadió: “La chica que circulaba con nuestro hijo salió ilesa del accidente y desde el primer momento dijo que la moto circulaba en contramano. Si lo querían comprobar, no tenían más que pedir las cámaras. Que den una explicación de por qué no se pidieron. Es algo que está muy claro. Si no tienen nada que ocultar, hubiesen pedido las cámaras en el primer momento. Las pidieron 90 días después”.
La familia de “Edu” Guerrero continúa su lucha en busca de justicia. Todo, atravesada por el dolor de haber perdido a su hijo y de no encontrar respuestas en quienes deberían bregar por el bienestar de todos, y con la impotencia de la total impunidad.