“Destruir Procrear es una fuerte señal de que no interesa promover política pública para la clase media trabajadora”
La ex directora nacional de Desarrollos Habitacionales, Ángeles Legisa, destaca claves del programa insignia del kirchnerismo que entregó 175.000 créditos y se refirió al complejo Sagol, al que Bullrich les entregó a fuerzas de seguridad: “Prácticamente estaba terminado, solo faltaba que Edesur coloque los medidores de luz. Queríamos que la gente que había ganado entrara con llave de inmediato”.
Desde el inicio del Programa de Crédito Argentino del Bicentenario para la Vivienda Única Familiar, más conocido como Procrear, oficializado con el Decreto N° 902/2012, firmado por la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner, se entregaron más de 22.000 viviendas (y se construyeron más de 23.000), más de 6.500 lotes, más de 175.000 créditos para la construcción, 32.000 créditos para el mejoramiento habitacional y se generaron más de 1 millón de puestos de trabajos, lo que da un total de casi 2 millones de personas beneficiadas.
“Destruir Procrear es una fuerte señal de que no interesa promover ninguna política pública para la clase media trabajadora”, afirma Ángeles Legisa, ex directora nacional de Desarrollos Habitacionales, quien tuvo a su cargo la segunda etapa del Procrear entre el 2020 y el 2023.
“Procrear -insiste- fue uno de los programas más virtuosos de la política de vivienda de este país a lo largo de toda su historia, llegando a más de 530.000 familias”.
El relanzamiento del Procrear en agosto de 2020 implicó un nuevo modelo de crédito en la Argentina en el que, a través del Coeficiente Casa Propia, se vinculó el derecho al trabajo con el derecho a la vivienda. “En esos años, entre proyectos urbanísticos ejecutados y entregados, se levantaron unos 100 barrios y unas 16.000 viviendas. En ese paquete estaba Sagol, con el agregado de que era el proyecto que estaba más cerca del final de obra. Prácticamente, estaba terminado; solo faltaba que Edesur coloque los medidores de luz. Por eso hicimos el sorteo faltando tan poco. Queríamos que la gente que había ganado entrara con llave de inmediato”, describe Legisa.
La exfuncionaria destaca que, en los sorteos de Procrear, había cupos de prioridad, como pueden ser los casos de veteranos o personas con discapacidad, porque el objetivo era “acompañar en el acceso de la vivienda con ingresos accesibles”. Con las viviendas de Sagol se había contemplado que tuviesen preponderancia los inquilinos y los hogares monoparentales.
“En Sagol –continúa- se habían inscripto aproximadamente unas 5.000 familias. De esos inscriptos, el 87% contaba con ingresos de entre dos a cinco salarios mínimos. Si algo tenía este plan, era que había un programa sostenible orientado a la clase media”.
Legisa destaca que, además de Sagol, había otros barrios en su etapa final de obras que no llegaron a sortearse y que nunca se adjudicaron. “Eran proyectos urbanísticos que estaban avanzados en el 80%, 90%. Eso quiere decir que había otras viviendas para entregar a las fuerzas federales. Con un poco de inversión, todas esas obras quedaban listas, pero ni siquiera hicieron eso. Este Gobierno no hizo ni el 1%. Es una barbaridad, porque el Estado había hecho una inversión muy grande para que más familias tuvieran su casa”.
Fuente: Diario “Tiempo Argentino” (16/7/2025).
Por “Linqueños por los Derechos Humanos”.