Cuando la REALIDAD supera a la ficción
La necesidad de contar historias reales, de alejarse de la ficción y de evitar esos mundos fantásticos que muchas veces sirven de consuelo. Adentrarse en la cotidianidad, en las historias del vecino, incluso en las tragedias que se encuentran dentro de la casa…
La mayoría de las veces, el arte elige espacios existentes para contar relatos más allá de la realidad. Muchas otras, se anima a retratar la verdad sin velos, sin pudor, sin ficción, y estas dos producciones lo demuestran.
“Los suicidas del fin del mundo”, de Leila Guerreiro
Leila Guerreiro es reconocida por su periodismo narrativo, por su prosa compleja pero directa, por jugar con sus lectores con la verdad y la mentira.
A fines de los años ’90, un pequeño pueblo de Santa Cruz, en la Patagonia, sufrió una gran ola de suicidios sin explicaciones y sin investigación. Leila viajó a este pueblo en medio de la nada para hablar con los familiares y conocidos de las víctimas. Y fue plasmando en este libro el descubrimiento de vidas e historias cotidianas, enigmáticas e interesantes, develando la realidad de los habitantes de un pueblo alejado de las grandes ciudades.
“La memoria infinita”, de Maite Alberdi
Maite Alberdi documenta a Augusto y Paulina, una pareja casada hace 25 años que transita el diagnóstico de Alzheimer de Augusto, hace ya ocho años, entre recuerdos del pasado, esfuerzos del presente y la búsqueda de una memoria infinita.
Maite Alberdi, directora chilena también conocida por su película “El agente topo”, nos trae este nuevo documental con su sensibilidad tan característica y su mirada detallista. Mientras recorre la historia de Chile, de la que Augusto y Paulina fueron partícipes, nos ofrece una verdadera historia de amor que se siente como en nuestra propia piel, tanto en los dolores como en las alegrías.
Por Sabrina Curci para La Posta.