Conmoción: hallaron el cuerpo sin vida de la trabajadora rural Antonella Barrios
FATALIDAD. La joven había caído al agua con su novio cerca de Rojas, en el marco del temporal que había azotado a la región. Fue encontrada este martes por la mañana, tras cuatro días de intensa búsqueda por tierra, agua y aire. El lunes había aparecido el cadáver de su pareja, Pablo Catacata.
Hoy martes, por la mañana, tras cuatro días de intensa búsqueda por tierra, agua y aire, encontraron el cuerpo sin vida de Antonella Barrios en el arroyo Dulce, a la altura de la estancia “El Maizal”, muy cerca de donde en la jornada anterior había sido hallado el cadáver de su novio, Pablo Catacata.
Los integrantes de la pareja son las víctimas fatales de las grandes lluvias acontecidas entre el viernes y el sábado, que habían acumulado volúmenes excesivos en una franja importante de la región, abarcando a Rojas y Salto, principalmente.
Los más de 300 milímetros caídos en pocas horas habían provocado desagües precipitosos en canales y arroyos que habían desbordado, y generado correntadas de agua de alto riesgo.
El sábado por la tarde, en la zona rural de Rojas, los trabajadores de la estancia “Las Polvaredas” se habían dispuesto a mover las vacas desde un lote muy bajo, que se estaba inundando, hacia un terreno de mayor altura que dejara a los animales a salvo de la crecida del agua.
LA BÚSQUEDA. El hecho ocurrió en el Cuartel VIII del Partido de Rojas, cerca del límite con el de Salto y del arroyo Dulce.
Las tareas de búsqueda, que habían comenzado el sábado por la tarde, habían contado con las participaciones de múltiples fuerzas de seguridad y rescate de la región.
Desde Rojas se había organizado el despliegue debido a la imposibilidad de acceso desde otras localidades por el mal estado de los caminos.
Un tercer trabajador rural, el señor Feijó, también había intentado intervenir, sin éxito, y había dado aviso de lo ocurrido.
En el operativo participaron móviles del Comando de Prevención Rural (CPR) de Rojas y unidades de Junín, Pergamino, Salto y General Arenales. A pesar de las difíciles condiciones del terreno, se habían realizado rastrillajes intensivos en los márgenes del arroyo y zonas rurales bajas, con la esperanza de encontrar a los jóvenes. Finalmente, el desenlace fue el menos esperado.