Columnistas

Nacemos 100% conectados con nuestra biología. ¿Qué pasa después?

La biología es perfecta; nos muestra lo que necesitamos. El impulso de vida nos lleva a conseguir.

La necesidad de seguridad, contacto piel con piel, íntimo, la teta, el sueño, con ritmos propios y únicos de cada ser. Y, así como son, SON PERFECTOS.

¿Pero qué nos pasa luego?

Nos vamos desconectando de ese deseo, de ese impulso, de esa necesidad. Vamos perdiendo, desoyendo nuestro reloj interno, nuestro deseo, y lo vamos reemplazando por el de otros. Ya sin ritmos propios, desconociendo nuestra propia brújula.

Nos alimentamos, dormimos, jugamos… siempre al ritmo de otros, y del deseo y la necesidad de ellos.

Este mundo loco nos obliga a seguir con mayores exigencias cada día y a terminar siendo o, en el mejor de los casos pareciendo, lo que no somos.

Nos desconocemos…

Y tiene consecuencias, ¡claro que sí!

De adultos, ¿por qué nos cuesta parar, reconocer las señales de cansancio, de saciedad con la alimentación, de sed…?

Todo tiene que ver con todo.

Donde empieza la vida, empieza todo.

Si necesitás orientación, acompañamiento, sostén, puedo ayudarte. Escribime y agendamos una asesoría personalizada.

¡Nos vemos!

Por Cecilia Liberto, psicopedagoga especializada en crianza, primera infancia, adolescencia y neurociencia.