Economía

Los salarios crecieron en abril, pero persiste la desigualdad de ingresos

El índice de salarios registró en abril una suba del 3,4% respecto al mes anterior, impulsada principalmente por el fuerte aumento del sector privado no registrado, que avanzó el 7,7%. En contraste, el sector privado registrado creció el 2,5% y el sector público, el 2,3%, según datos oficiales.

En la comparación interanual, los salarios totales aumentaron el 74,3%. La variación más significativa se observó en el sector no registrado con un incremento del 182,9%, muy por encima del 61% del sector privado registrado y del 58,6% del sector público.

En lo que va del 2025, el índice general de salarios acumula un alza del 13,8%. Nuevamente, el crecimiento fue liderado por el sector informal con el 32,6%, seguido por el público (el 11,4%) y el privado registrado (el 9,6%).

Por primera vez, el informe oficial desagregó los datos del empleo público en los niveles nacional y provincial. En abril, los salarios del subsector nacional subieron el 2,7% mensual e interanualmente el 31,9%, mientras que el provincial creció el 2,3% en el mes y el 67,3% en el año. En términos acumulados, las alzas fueron del 7,7% y el 12,9%, respectivamente.

El coeficiente de Gini —indicador que mide la desigualdad— fue de 0,435 en el primer trimestre del 2025, lo que representa una mejora frente al 0,467 del mismo período del 2024. Sin embargo, la brecha entre el 10% más rico y el más pobre de la población sigue siendo elevada: en términos de mediana, se mantiene en 15 veces.

El ingreso promedio per cápita de la población alcanzó los $541.198, mientras que la mediana fue de $397.500. La distribución por deciles revela fuertes disparidades: el 10% con mayores ingresos concentra el 32% del ingreso total, con un promedio superior a $1,7 millones, frente a los $90.997 del decil más bajo.

La suma total de ingresos en el país alcanzó los $16,15 billones, con un ascenso interanual del 133,6%.

Entre los ocupados, el ingreso promedio de la ocupación principal fue de $814.335. El estrato bajo (deciles 1 a 4) percibió $291.956 en promedio, mientras que en los deciles más altos (9 y 10) el ingreso medio fue de $1.903.918.

Dentro de la población asalariada —compuesta por 9,46 millones de personas con ingresos—, el promedio general fue de $824.242. Aquellos con descuento jubilatorio cobraron en promedio $1.011.640, frente a los $483.243 de quienes no están registrados.

A nivel individual, el ingreso promedio fue de $855.714. La brecha por nivel socioeconómico es clara: el estrato bajo tuvo un ingreso medio de $290.260; el medio, de $794.063; y el alto, de $2.110.001.

También se mantiene una importante desigualdad de género: los varones percibieron ingresos promedio de $1.003.072, mientras que las mujeres obtuvieron $710.703.

El 62,5% de la población declaró haber percibido algún tipo de ingreso. A nivel de hogares, el 77,9% del ingreso proviene del trabajo, mientras que el 22,1% corresponde a fuentes no laborales, como jubilaciones, pensiones y planes sociales.

La dependencia económica varía según el nivel de ingresos. En el primer decil hay 291 personas no ocupadas cada 100 ocupadas, mientras que en el último esa cifra baja a 41, lo que refleja una desigual distribución del empleo entre los distintos sectores de la sociedad.