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Deconstruyendo una nueva masculinidad

De “Los nenes son más duros, ¿viste? No hablan mucho, no dicen mucho lo que les pasa”, viene la pregunta: “¿Por qué será así? Es así… ¿Los niños son así? ¿O los criamos para ser así?”.

Está normalizado socialmente que esto sea así; viene asociado con el género, legitimando y perpetuando como familias que los hombres son así.

Todas las personas sentimos las mismas emociones. La diferencia radica en cómo las expresamos o no y en cómo vehiculizamos las mismas.

No se les permiten porque “Los nenes no lloran”, “No seas niña, las niñas lloran”, “Llorás como una nena”, “Los nenes son más fuertes, se hacen a los golpes”, entre otras frases comunes que desde pequeños escuchan infinidad de veces, menospreciando las emociones, la sensibilidad. Las enjuician como algo negativo. Tanta repetición deja tal registro y genera hasta miedo de sentirlo, por lo que las acallan sin lugar a dudas y obedecen sin pensarlo (de adultos los vemos “explotar” de tanta tensión y tanto “aguantar”, y los seguimos justificando: “Los hombres son más explosivos”).

Tenemos una gran tarea: enseñarles a nuestros niños que las emociones se sienten y está muy bien expresarlas, enseñarles a ponerle palabras a lo que sentimos y a vehiculizarlo; a nombrarlas, a conectar con las sensaciones, con lo que nos generan.

Esto tiene que ver con cuidar el mundo emocional de las personas, TODAS.

Por Cecilia Liberto, psicopedagoga especializada en crianza, primera infancia, adolescencia y neurociencia.