“El carnaval de Lincoln es una identidad que debemos preservar entre todos”
DECLARACIONES. El titular de la agencia municipal, Leonardo Michelli, reflexionó sobre los desafíos, las transformaciones y el esfuerzo colectivo de los que requiere la organización de esta histórica celebración, destacando su impacto cultural y económico.
Días atrás, el titular de la agencia municipal del Carnaval, Leonardo Michelli, dialogó en el programa “Primero lo Primero”, emitido por La Posta Radio (FM 88.5), y manifestó una mirada profunda sobre los preparativos, los desafíos y la importancia del carnaval, una fiesta que cumple 135 años y que no sólo es un emblema cultural, sino también un motor económico y social para la comunidad.
Michelli comenzó destacando el esfuerzo titánico que realizan los artesanos, las comparsas y los participantes para darle vida a este evento. Este año, 105 motivos se han inscrito, número que refleja el compromiso de quienes trabajan desde meses antes en mantener viva la tradición.
“El trabajo empieza en abril y muchos dedican largas jornadas, durante tres o cuatro meses, para presentar sus creaciones. Sin embargo, sabemos que el premio que reciben no alcanza para cubrir todos los costos de producción. Algunos logran salir hechos, otros pierden dinero, pero lo hacen por amor al carnaval y para que esta fiesta siga siendo la identidad de Lincoln”, evaluó el funcionario comunal.
Uno de los temas centrales era el presupuesto destinado al corso, que este año ronda los $930 millones. Michelli detalló que estos recursos se invierten en infraestructura, sonido, iluminación, seguridad, tribunas y premios, entre otros aspectos. También reconoció el importante apoyo de la Municipalidad, que cubre muchas de estas necesidades. “El Municipio aporta en premios, adelantos, shows, escenario, sonido e iluminación. Sin ese apoyo, sería imposible. Pero también es nuestra responsabilidad, como asociación, recaudar lo necesario para cubrir otros costos. Queremos que el carnaval siga creciendo, sin depender totalmente de fondos municipales, porque sabemos que el esfuerzo debe ser de todos”, explicó.
A pesar del éxito y la consolidación del corso, Michelli reconoció que hay tensiones y desafíos. En este sentido defendió las recientes modificaciones en el reglamento, todas las cuales fomentan la innovación y la renovación de los motivos. “Entendemos que algunos artesanos, como los responsables de ‘La Troupe de los Autos Locos’, no puedan adaptarse a estas nuevas reglas, pero necesitamos nivelar, y darles espacio a nuevas ideas y proyectos. Este año pedimos renovaciones y creaciones inéditas porque es la única forma de mantener la magia del carnaval viva”, dijo al respecto.
Más allá de los números y las reglas, Michelli resaltó el impacto emocional y personal que tiene el carnaval en su vida. Recordó con emoción momentos difíciles que ha vivido en relación con esta fiesta, como la pérdida de su madre durante una noche de carnaval en 1986, cuando él tenía apenas 11 años, y la reciente pérdida de su hija Nayra, con quien compartía su amor por esta tradición. “El carnaval no es sólo una fiesta para mí; es parte de mi historia, de mi vida. Trabajo con el corazón para honrar a quienes ya no están y para que las generaciones futuras puedan seguir disfrutando de esta celebración”, afirmó, visiblemente conmovido.
Michelli también resaltó la importancia de la unidad y del trabajo colectivos para garantizar el futuro de la fiesta. Subrayó que esta celebración es el único evento que posiciona a Lincoln a nivel nacional y genera un impacto económico significativo. “Hoy el carnaval es conocido como uno de los mejores del país, y eso es gracias al esfuerzo de artesanos, comparsas, instituciones y la comunidad, en general. Es un orgullo que debemos defender entre todos, porque, más allá de las diferencias políticas o sociales, el carnaval nos une como linqueños”, enfatizó.
Por último, hizo un llamado a la comunidad para continuar trabajando juntos, dejando de lado diferencias y pensando en el futuro. “El carnaval de Lincoln tiene que cumplir 200 años, y eso dependerá de las generaciones que dejemos formadas. Hoy hay una crisis de carroceros porque muchos tienen más de 40 años. Necesitamos sembrar una nueva generación para que esta fiesta siga siendo nuestra identidad, algo que nos distinga no sólo en la provincia, sino también en todo el país. Y estoy seguro de que, trabajando unidos, lo lograremos”, concluyó.
El corso no es sólo un espectáculo; es una expresión de identidad, cultura y tradición que atraviesa generaciones. Su continuidad depende del compromiso y de la pasión de quienes lo hacen posible año tras año. Y, como dice Michelli, “el carnaval no se mide en números; se mide en el corazón que le pone cada linqueño”.