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Rocío Melo: “En mi vida, mi carrera ha influido bastante”

HISTORIA. La presidenta del Colegio de Árbitros de la Liga Amateur se refirió al papel de la mujer en el fútbol y contó todo lo que ha atravesado para llegar al lugar en el que hoy se encuentra.

En homenaje al Día Internacional del Árbitro, que se celebró hoy, 11 de octubre, La Posta dialogó con Rocío Melo, una de las mujeres más importantes que tiene la Liga Amateur de Deportes.

Rocío es técnica formadora y la actual presidenta del Colegio de Árbitros de la Liga, cargo en el que ya casi tiene cuatro mandatos cumplidos.

“El fútbol siempre me gustó. Desde muy joven, siempre me gustaron lo que eran las reglas de juego y, cada vez que miraba partidos, veía a los asistentes. Pero nunca me llamó la atención, hasta que un día me encontré con Horacio Stéfano, quien me marcó el camino. Y me terminé subiendo a este tren sin ninguna expectativa de nada; sólo era para darle el gusto a mi mamá, ya que había estudiado de todo y tenía que hacer algo”, recordó.

Su primera aparición en el fútbol se había dado en un encuentro de Décima División disputado por Argentino y Pintense en la cancha del “Fortín”. “Era muy joven. En ese momento, las mujeres no entraban, para (Julio) Grondona. Para él, las mujeres teníamos que ir a casa a lavar los platos. Pero, de a poquito, nosotras nos fuimos metiendo”, repasó la jueza.

Además, resaltó: “En la Liga de Lincoln, la primera mujer árbitra fue Lorena Trujillo, quien logró muchísimas cosas acá. De hecho, logró jugar el Federal y alguna copa femenina de mujeres en Pergamino y en algunos lugares muy importantes. Después le seguí yo, y también pasaron algunas chicas, pero no lograron dedicarse a esto ni a luchar de lleno”.

“Actualmente hay más mujeres, algunas que vienen de Ameghino y Pinto. Cuesta muchísimo formar mujeres, porque vos tenés que formar personas para que vayan a un lugar para que estén expuestas a los insultos y a ser el culpable, siempre, de todo. Si vos ganás, sos el mejor; pero, si el equipo pierde, vos sos el peor”, expresó Rocío.

La titular del Colegio de Árbitros de la Liga Amateur ha sido la primera mujer en haber dirigido un clásico de Lincoln entre Juventud Unida y Argentino, así como también uno entre Pintense y Deportivo Pinto.

“En mi vida, mi carrera ha influido bastante. No es fácil en la relación personal bancar y trabajar con varones mucho tiempo. Mis hijos se han criado dentro de un vestuario de la Liga”, dijo la formadora.

En el mismo sentido agregó: “En un momento, el Colegio de Árbitros se cayó muchísimo. Se pelearon cuando iba a cambiar la gestión y, en ese momento, se hizo todo una desprolijidad que también afectó a mi vida, porque yo quería luchar. Yo quiero para esta institución que el árbitro esté capacitado, física y teóricamente. Yo no quiero que los árbitros que vienen a nuestra Liga pasen lo mismo que nosotros pasamos. A nosotros, nadie nos instruyó, nadie nos cuidó. El año pasado, cuando yo me lastimé la pierna, no teníamos seguro. Nos habían pasado algunas cosas muy importantes que hacían que me quisiera quedar a luchar”.

En el 2014, Rocío había comenzado a hacer el curso de instructora, habiendo viajado por el país, ya que los módulos se daban en distintas ciudades y provincias, con el factor importante de que la economía de entonces hacía casi imposible cumplir con el deber. “Me recibí en Misiones. Fueron tres días viajando para poder recibir un diploma firmado por AFA, por el ‘Chiqui’ Tapia y gente grande. Hoy tengo el orgullo de tener tres árbitros que ingresaron con muy buenas notas, como lo son Enzo Castro, Marcelo Aníbal y Enzo Pereyra”, declaró al respecto.

“Mi mentor, Horacio Stéfano, me dijo que siempre había que luchar y que en este ambiente iba a ser muy duro, pero, si yo quería ganar, tenía que luchar. Y así fue durante todo este tiempo”, repasó la árbitra.

Además, destacó que hoy el mundo del fútbol no es tan duro como antes para la mujer, ya que el hombre se ha logrado adaptar. “El hombre piensa que, si él puede ser camionero, la mujer también lo puede ser. En otro momento era muy duro llegar a Primera y pasar las pruebas físicas cuando íbamos por el Consejo Federal, porque era toda gente grande que por ahí todavía piensa de otra manera”, rememoró.

“Cuando nosotros ingresamos al arbitraje, sabemos a lo que nos vamos a exponer. Hemos logrado en esta Liga algo muy importante: que los árbitros que se inician no lo hacen dentro de la violencia, porque, desde la Séptima hasta Décima, no se puede insultar”, subrayó Melo.

Respecto al mismo punto, añadió: “Yo voy a mis sesiones con la psicóloga, porque cargás muchas malas energías y cosas que te rodean que son pesadas, y a veces las tenés que hablar. ¿Cómo me saco esa bronca? Voy a terapia, cuento todo lo que me está pasando, limpio todo ya para preparar la cabeza para el otro fin de semana”.

Recordando uno de los partidos en los cuales la había pasado mal dirigiendo, destacó un enfrentamiento entre Argentino y Pintense en la cancha de El Linqueño. Era un juego importante y que había terminado con incidentes e, incluso, la situación de un futbolista queriendo pegarle a unos de sus colaboradores.

Por último, en referencia a sus comienzos en 2001, Rocío manifestó: “Veo a una persona totalmente diferente, un ser humano que en aquel tiempo no sabía para dónde ir, que no tomaba en serio a esto, que nunca se había dado cuenta de que era el tren que la iba llevar a triunfar… Porque hoy soy reconocida como Rocío Melo acá, en la zona, en el Consejo Federal y en la AFA gracias a esta puerta que se me abrió y a la Liga. Pero, sobre todo, a mí, que subí al tren, empecé a luchar y me enamoré de esto”.