LITERARTE. Momento de lectura y reflexión
El silencio nunca es silencio.
Hablamos del peso de las palabras cuando están… cuando pueden salir. Pero no hablamos del peso del silencio, que no es más que un sinfín de palabras que se compactan y forman un muro ensordecedor. Tanto es el bullicio, tanto gritan esas palabras, que no se pueden decir, quedan atoradas en un embudo que las licua, las deja sin efecto. Eso es el silencio, el poder no decir.
Nunca se elige no decir. Cuando no se dice algo, cuando uno hace silencio, es porque la vorágine de palabras forman un torbellino tan grande que uno se vuelve impotente, incapaz… desbordado, desorientado.
Hoy tengo algo que decir: silencio. Que es todo aquello, todo esto.
Ya llegará la armonía. Ya calmará la tormenta. Ya se abrirá la fuente que derribará el muro y las palabras bailarán. Y seremos libres, diciendo, porque las palabras sí se eligen, uno elige qué decir y cómo decir.
Por Melisa Rodríguez.