La sanadora Leda Bergonzi convocó a una multitud en Lincoln
RELIGIÓN. Una gran cantidad de personas se reunió en el predio de la Sociedad Rural local para recibir a la reconocida rosarina, que visitó la ciudad el sábado.
El sábado, la rosarina Leda Bergonzi, conocida como “La Mujer de los Milagros”, se hizo presente en uno de los salones de la Sociedad Rural de Lincoln.
En ese marco participó de la misa y la imposición de manos. Así, una enorme cantidad de vecinos y vecinas de la comunidad católica se hicieron presentes allí.
La reconocida sacerdotisa pasó por el Distrito y habló con los medios de comunicación, marco en el que hizo mención de cómo se había iniciado todo.
“Al principio, me asusté. Pero pude ver más allá de la limitación de la que yo traía hasta ese momento, porque uno siempre tiene sus cosas, sus problemas, pero ese día yo descubrí que había algo más algo que me impactó”, repasó.
A continuación, agregó: “Al principio, me dio miedo. Me acerqué a un sacerdote, que es el que me acompaña hasta ahora, y lo que él me dijo en ese momento es que el Espíritu Santo nos necesita para comunicarse. Fue todo un proceso”.
Bergonzi, además, explicó: “Esto se va dando. Éste es un desarrollo espiritual que se va viendo en la multitud, cuando una persona se sana y otras se liberan”.

Cabe recordar que Bergonzi tiene 44 años, es llamada sacerdotisa y la avala la Iglesia Católica. Nacida en la ciudad santafesina de San Lorenzo, se ha convertido en una figura prominente dentro de ciertos círculos de la Iglesia Católica, aunque no es monja ni ha hecho votos religiosos.
Desde joven, Leda ha tenido una vida religiosa activa, cultivando la oración y participando en actividades religiosas con su familia, influida por su abuela. Sin embargo, un episodio en el 2015 ha cambiado su vida. Mientras caminaba por Rosario, una profunda tristeza, al ver el rostro de un hombre en un colectivo, había desencadenado en ella una serie de experiencias espirituales intensas. Este evento es considerado por Leda como el momento en que había recibido sus dones de sanación.
Inicialmente, había rechazado estos dones, pero, con el apoyo de su grupo espiritual y de sacerdotes, ha aceptado su misión de ayudar a los demás a través de la imposición de manos y otras prácticas espirituales.