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Desde el ministerio de Trabajo admitieron que “el reclamo es totalmente genuino”

CRISIS. Hoy la entidad gubernamental inspeccionó la planta de “Alimentos Refrigerados” SA y constató la denuncia presentada por Atilra sobre el incumplimiento del pago de la totalidad de los salarios.

Hoy, miércoles, se ha dado a conocer que el ministerio de Trabajo arribó a la planta de “Alimentos Refrigerados” SA (Arsa), ubicada en Arenaza, donde constató lo denunciado por Atilra.

“Desde la entidad gubernamental admitieron que el reclamo es totalmente genuino, por lo que sólo resta que desde la secretaria de Trabajo de la nación (ente que será el que lleve a cabo la mediación del conflicto) dicte una fecha de la audiencia y cite a las partes involucradas”, manifestaron desde Atilra.

Cabe recordar que, en la última audiencia llevada a cabo en Lincoln, Arsa sólo había presentado un representante legal, quien había notificado que sólo se hablaría de “suspensiones”, y no del salario de los empleados.

Por su parte, hasta hoy los operarios de la empresa no tienen novedades de los restantes haberes que les adeuda Arsa. Hasta el momento, sólo han percibido el 15% de la totalidad de sus salarios, situación que pone en jaque a las más de 200 familias que viven gracias a los trabajos realizados en la empresa.

“Es una situación límite; necesitamos cobrar. Pedimos por los salarios, trabajamos por ello y la empresa está dejando sin comida a nuestras familias”, sostuvieron varios de los trabajadores.

Asimismo, el miércoles por la mañana, los trabajadores fueron al Correo Argentino para enviar telegramas en los que “intiman a la empresa a pagar los salarios adeudados”.

ESTADO DE SITUACIÓN. Los empleados y la patronal habían llegado a un acuerdo de cobrar el 50% del sueldo en los primeros días de junio y el resto, en el curso del mes. Sin embargo, la empresa ha incumplido lo pactado y los trabajadores sólo han recibido el 15% del pago.

Días atrás, el delegado de Atilra, Luciano Asad, había informado el estado del conflicto. “Es una situación bastante complicada. Esto se viene dando tras hechos suscitados y repetidos sistemáticamente de incumplimiento por parte de la patronal. La empresa, hace un tiempo, les pidió a los trabajadores que acompañaran un desdoblamiento de salarios. Hubo situaciones de tensión, pero en definitiva han acompañado”, había explicado en aquella ocasión.

En la misma línea había señalado: “La empresa prometió que ese desdoblamiento salarial le iba a permitir reactivar y mejorar su condición financiera. Lejos de esa situación, en un nuevo incumplimiento, en el cuarto día del mes de junio tenían que pagar el 50% del salario por el compromiso que ellos habían tomado. Pero se acercaron a las plantas de Arenaza y de Córdoba diversos directivos de la gerencia general de Arsa, y no sólo les manifestaron el incumplimiento de ese 50%, sino que pagaron el 15% del salario, algo que no tiene razón de ser. Ningún trabajador puede vivir con el 15% de su salario”.

“De una forma extorsiva, plantearon la necesidad de funcionar con el 50% de la dotación de forma alternativa, mediante suspensiones que implicarían el descuento de entre el 40% y el 50% de los salarios. Esto pone de manifiesto una clara intención por parte de la patronal de reducir la cantidad de trabajadores en las estructuras de las plantas de Córdoba y Arenaza”, había manifestado el gremialista.

Además, había declarado que la empresa ataca a los empleados y no cumple la función de garantizar las leyes de trabajo. “A las soluciones las tiene la empresa. La empresa nos puso acá, y nosotros no estamos de acuerdo ni podemos permitir que los trabajadores sean los que paguen una nueva crisis de una empresa”, había enfatizado. Y había resaltado: “Las situaciones de conflicto que se dieron en Arenaza y en la planta de Córdoba se dan siempre por una cuestión de que la empresa no cumple, ataca a los trabajadores, no garantiza la salud, no garantiza los salarios y, sobre todas las cosas, no está cumpliendo la ley en lo que corresponde. Todas las situaciones de tensión tienen un marco de reacción por parte de los trabajadores encuadrados en la lechera”.

Además, el sindicalista había recordado que “la fábrica tiene trabajadores de Lincoln, de Arenaza y de Roberts. Son 218 familias, entre trabajadores sindicalizados y trabajadores fuera de convenio. El impacto en el Distrito del Lincoln sería gravísimo, si se cae parte de esa estructura. Pero, sobre todo, tener claro que esta administración de la empresa, desde que llegó a Arenaza, lo único que ha hecho es generarles daños a la planta, a las marcas y, sobre todo, al sistema productivo del Distrito de Lincoln”.

Actualmente, tanto la planta de Arenaza como la de Córdoba se encuentran con retención del débito laboral y a la espera de las acciones ministeriales.

“La realidad es que estamos muy preocupados. Hay que ocuparse, hay que estar al lado de cada uno de los compañeros, como lo hicimos siempre, poniendo el cuerpo, poniendo todo el tiempo que sea necesario para tratar de llegar a un buen puerto. Pero no la vemos fácil. Tenemos que tener en cuenta, también, que estamos en un contexto socioeconómico totalmente desfavorable para la clase trabajadora. Si miramos cualquier indicador de producción de cualquier tipo de industria, cualquier rubro, estamos en una caída semestral de más del 25%. Esto es trágico para el mercado interno del país. Y, detrás del mercado interno, están los puestos de trabajo”, había subrayado Asad en declaraciones a La Posta.