La salud en jaque por las subas en insumos y medicamentos, y corte de los tratamientos
ECONOMÍA. La desregulación de Milei derivó en precios exorbitantes de materiales y remedios. Se producen abandonos de tratamientos y las prepagas no contienen.
El sistema de salud público y privado es uno de los más afectados por la desregulación de la economía desde la puesta en vigencia del DNU de Javier Milei. La desregulación, iniciada en diciembre del 2023, elevó por las nubes los precios de insumos y medicamentos y resintió la atención profesional en su conjunto.
Los efectos de la no intervención del Estado en uno de los terrenos más sensibles de la vida social fueron inmediatos: fuerte caída del consumo de remedios, abandono de tratamientos de los pacientes, falta de contención de las obras sociales y prepagas y un traspaso de clientes de las empresas de medicina a los hospitales públicos que, a la par, son cada vez más desfinanciados.
El retroceso de los valores de las cuotas de las prepagas, aplicado por el Gobierno nacional para intentar emparchar el descalabro, tiene sabor a poco. Profesionales de la salud ven como miles de personas se borraron de las empresas de medicina y ahora éstas no las vuelven a tomar. O directamente las obligaron a volcarse al ya de por sí abarrotado sistema público de salud.
MÁS QUE LA INFLACIÓN. Federico Gorini, hematólogo y médico con experiencia en el sistema público y privado de salud, describió con crudeza el impacto de la desregulación. En diálogo con el sitio platense Infocielo señaló que en los últimos meses se produjo una suba fenomenal en los costos de los insumos: “El precio no es el real, los insumos suben permanentemente y cuesta muchísimo conseguirlos y se hace muy dificultosa la tarea” dijo.
Lo propio ocurre con los medicamentos y la consecuencia directa son la suba de consultas de personas con complicaciones propias de haber abandonado los tratamientos. Es algo que charlando entre colegas se repite, no solamente en mi especialidad sino en todas” dijo.
“En el público es violento esto. Una persona que tiene que elegir entre comer y tomar el medicamento, va a elegir comer. O si tiene que optar entre pagar el alquiler o pagarse el medicamento va a elegir el alquiler. Y en el privado principalmente se da la misma situación” advirtió.
Como si fuera poco, los laboratorios y la industria farmacéutica se encuentra fuertemente cartelizada y asume conductas oligopólicas.
Laura Testa, economista e integrante de la Fundación Soberanía Sanitaria, aportó datos cuantitativos que ponen de relieve la gravedad de la situación. A modo de contexto, expuso datos del 2023 que revelan cómo es un sector proclive a imponer subas por encima de la inflación: subieron 321% de los medicamentos y 286 % el precio de los insumos de medicina en general (la inflación anual del año pasado fue 211,4%).
A ese escenario complejo, la desregulación por DNU desató aumentos desorbitantes. “Los medicamentos más consumidos por la población tuvieron el mismo aumento entre enero y junio de 2023 que entre diciembre y noviembre. Es decir que en cinco meses se tuvo el mismo aumento que se tuvo en dos meses. Medicamentos para hipertensión o diabetes que aumentaron 41,8% entre diciembre/noviembre en el primer caso y el segundo de 78,75 % entre enero y noviembre”.
En igual sentido, mostró como consecuencia directa la caída en el consumo de medicamentos (venta de farmacias).
Según datos estadísticos entre enero del 2024 y enero de 2023, la caída del consumo fue del 7,1 %. Eso implica 4,2 millones de unidades menos y entre enero 2024 y diciembre 2023 la baja es del 3,21%.
“Para nosotros eso es una situación muy grave por las consecuencias que implica abandonar un tratamiento de salud para las personas y para el sistema de salud porque es más caro en términos de infraestructura atender a una persona descompensada que a una que estaba recibiendo un tratamiento” alertó Laura Testa.
PREPAGAS. Al aumento en las cuotas de las prepagas se le agrega una sensible caída en los niveles de cobertura (varias con menos resguardo que las mismas obras sociales). “Podemos ver gente de prepagas a los que se les cubre el 30 o 40% de la medicación y el 60% restante es inalcanzable” advierte Federico Gorini.
Para el profesional médico, la situación pone en riesgo al conjunto del sistema de salud. “La realidad es que se duplica el número de consultas porque hay gente que ha decidido abandonar la prepaga y viene al Hospital público” explicó.
En especial, advirtió que retrotraer los precios de las prepagas ya no sirve de nada: “Vos soltaste una mano y después es muy difícil de querer regularla. Hay gente que se retiró de las prepagas y ahora no los vuelven a tomar. Claro. Les van a decir que tiene una condición preexistente ¿Y qué hacen? No podés soltar la mano así a que cada uno haga lo que se le ocurra y después decir vamos todos para atrás. Si vos dijiste que no hay límites. Vos desregulás. Es una locura. Y todo esto lleva a que los insumos tengan el precio que se les ocurra, el que se le ocurre, no te quieren dar precios” sostuvo.
En la misma dirección, la economista de la Fundación Soberanía Sanitaria, Laura Testa, habló sobre los efectos de la desregulación en las empresas de medicina prepaga: “En Argentina hay más o menos 700 empresas de medicina prepaga que atienden a más o menos 6 millones de personas. Pero más del 60% de las personas están distribuidas en tres empresas: Osde, Swiss Medical y Galeno” explicó.
En los tres primeros meses del año el aumento fue del 118% “nuevamente muy por encima de la inflación” sostuvo.
Además menciona que el DNU “hizo que las empresas prepagas pasen bajo el régimen de obras sociales. Imponiendo un aporte al sistema solidario del 20%, incluso por encima del que hacen las obras sociales, que es del 15 %. Este aporte solidario sirve básicamente porque cuando una obra social tiene una persona con una situación de muy compleja que son muy costosas, puede recurrir a este fondo solidario” mencionó.
Y finalizó: “Las prepagas por lo general no tienen estos afiliados porque se encargan básicamente de no aceptarlos de entrada. Entonces, lo que les terminó pasando a las empresas de medicina prepaga con ese porcentaje es que lo consideran como una suerte de impuesto porque no recurren al fondo solidario. Ese aumento de costos se lo terminaron trasladando a los afiliados”.