La sequía también tuvo un fuerte impacto en el sector lechero
PRODUCCIÓN. El empresario Alejandro Sarobe analizó la situación actual. La falta de lluvia, la inflación y los cierres de tambos son parte del panorama.
El empresario lácteo linqueño, Alejandro Sarobe, analizó la situación que atraviesa el sector ante la sequía que afecta a la zona, la inflación y los cierres de tambos, hechos que impactan directamente en la producción.
En diálogo con “Somos Lincoln”, Sarobe señaló: “Fue una primavera durante la que no llovió nada, y ahora, en el verano, recién ahora, cayó un poco de agua, pero lo que se perdió ya está perdido. En el caso de la industria láctea, a lo que vos generás en pasto, en primavera lo tenés que guardar para el invierno, pero este año no se pudo guardar nada o muy poco. Y lo que se guarde va a ser de muy poca calidad y va a alcanzar para menos tiempo o va a generar una leche de menor calidad, y eso repercute en los costos del productor, que se van muy alto”.
En el mismo sentido agregó: “La leche viene aumentando, pero eso no alcanza para cubrir la inflación. Entonces, cuando te querés acordar, te quedás muy atrás”. Y, acto seguido, acotó: “Se han cerrado varios tambos. Por ahí, los tambos grandes están queriendo producir más, pero, en cantidad, hay menos tambos, lo que hace que esté faltando también la leche”.
Respecto de cómo influye esto en la producción y en el consumo, Sarobe manifestó: “Al asalariado cada vez le alcanza menos y consume lo que puede, y a eso lo vemos reflejado en las ventas. Tenés que hacer malabares para vender y para cobrar. Con la inflación, se atrasan los pagos, y cualquier cosa de ésas hace que se achiquen los márgenes. Además, aumenta la materia prima y hay mucha que no se consigue; o conseguís productos que no son de la misma calidad, de los que estamos acostumbrados a usar”.
Después, Sarobe remarcó: “El tema de la inflación no es culpa del que produce ni del que fabrica, ni del empleado, sino que es responsabilidad del Gobierno. Hay una diferencia entre el que produce y el precio en la góndola, que se da poque el intermediario tiene que tener su ganancia y tiene sus gastos, por lo cual la diferencia es lógica”.
Posteriormente consideró: “Hoy la leche tendría que valer cerca de $100 por litro para el tambero, pero no llega a eso, que sería lo necesario para que le quede un marco de ganancia y vuelva a invertir”.
Por último, el empresario linqueño se refirió a las distintas líneas de ayuda del Estado para el campo y consideró: “Hay algunas ayudas para algunos tamberos chicos que pueden aprovechar, pero tampoco con eso van a salvar la producción”.